ÓBITO

Muere Raymond Carr

Maestro de hispanistas, ofreció una nueva visión sobre la guerra civil

El historiador británico Raymond Carr.

El historiador británico Raymond Carr.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Escribió sobre España con una  mirada diferente y una libertad que los historiadores españoles no tenían en los años 60. El hispanista británico, Raymond Carr,  falleció el pasado domingo a los 96 años de edad.  Profesor de historia iberoamericana en la Universidad de Oxford, hasta que se jubiló en 1987, conferenciante, articulista, investigador incansable, estaba considerado como un innovador y uno de los creadores de la escuela británica de hispanistas, los primeros en acercarse a la historia de España situándola en el contexto europeo, alejándose de la fascinación por el exotismo ibérico o la leyenda negra.

La pasión de Carr por la historia de España surgió por azar, cuando eligió Torremolinos para pasar su luna de miel, en 1950, con su esposa, Sara Ann Mary Strickland. Impresionado por la pobreza del país y las huellas de la guerra civil, encontró también un campo de investigación virgen. Al cabo de los años, sus trabajos sobre la república y la guerra civil aportaron una visión renovada sobre un conflicto que desgarró al país y ha fascinado durante décadas a los especialistas extranjeros. «La división de la sociedad española en dos bloques irreconciliables, los vencedores y los vencidos, es el legado más importante de la guerra civil española», había dicho Carr en una conferencia pronunciada en Madrid.

UN MANUAL CLÁSICO / Entre sus obras destaca España 1808-1939, publicado en 1966 y considerado como un clásico. Tras su traducción al español, en 1969, se convirtió (al lado de las obras del historiador de raíz marxista Manuel Tuñón de Lara; Carr se definía a sí mismo como liberal conservador) en uno de los manuales de  la historia de España de referencia en la universidad española de los años 70 y 80, aunque su influencia decayese tras las aportaciones posteriores de una segunda generación de hispanistas británicos y especialistas formados ya en España. Otros de sus trabajos incluyen La internacionalización de la guerra civil española,  La República y la guerra civil en España, La  tragedia española: la guerra civil en perspectiva y España, de la dictadura a la democracia, escrita en colaboración con el español Juan Pablo Fusi. Entre sus últimas obras publicadas figuran Visiones de fin de siglo, El rostro cambiante de Clío y España 1808-2008 (2009), una versión actualizada de su clásico.

Carr fue profesor y el maestro de todo un grupo brillante de hispanistas. Entre sus discípulos se cuenta José Varela Ortega, presidente de la Fundación Ortega Marañón; el catedrático Juan Pablo Fusi y el israelí Shlomo Ben Ami. Aunque a veces se le cuente entre ellos, no es este el caso del también británico Paul Preston, quien precisamente fue quien dio a conocer  su muerte en Barcelona, durante el acto de donación de su archivo al Monasterio de Poblet. Ni el Cervantes, ni la Embajada de España en Londres lo habían notificado.

A lo largo de su vida Carr pasó largos años investigando en los archivos españoles. Además de la historia, era un gran amante de la literatura española. Tenía predilección por Delibes, con quien compartía la pasión por la caza. En su caso en una modalidad muy inglesa: la caza del zorro. A esa afición ahora prohibida le dedicó un libro, La caza del zorro en Inglaterra. Hijo de un maestro rural y becado en Oxford, Carr había conseguido con su don de gentes hacerse un lugar en el establishment británico. Durante dos décadas fue el rector del cosmopolita St. Antony's, uno de los colleges de Oxford que durante muchos años fue considerado un semillero de agentes del MI-6.