OFERTA EXPOSITIVA

El MNAC, al límite

Autorretrato de Gabriel Casas.

Autorretrato de Gabriel Casas. / GABRIEL CASAS / ANC

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Desde que Pepe Serra llegó, en el 2012, a la dirección del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), ha tenido que lidiar con dos factores en su contra para programar las temporadas expositivas del centro: tiempo y presupuesto. Para plantear un buen programa se necesitan tres o cuatro años de anticipación, y para poder ejecutarlo es indispensable disponer de dinero. Para el 2015 no habrá ni lo uno ni lo otro. Así, sin margen suficiente para cerrar acuerdos, el museo no exhibirá, otro año, una gran exposición internacional. Y con unas administraciones reacias a las dotaciones económicas, el museo tampoco gozará de un presupuesto que invite a grandes fastos. Con estas premisas, el MNAC ha presentado la temporada 2015: dos monográficas de dos creadores desconocidos pero con suficientes méritos para ser reconocidos: el fotógrafo vanguardista Gabriel Casas y el artista modernista Xavier Gosé; una muestra de bodegones del siglo XVII provenientes de una colección privada que pasará a engrosar los fondos del museo vía depósito, y la exposición sobre la creación catalana de 1950 a 1977 que debía inaugurarse este año pero que, como no, por motivos presupuestarios pasa al 2015.

Con todo, Serra asegura que este será el último año en que el MNAC tendrá que hacer un «esfuerzo por ganar tiempo al tiempo» desde el punto de vista de la anticipación de los proyectos. De hecho, para el 2016 ya hay cerrada una gran exposición con el Prado y para el 2017 una importante muestra de Dalí coorganizada con el Museu-Teatre de Figueres. ¿Habrá dinero para entonces? «Es una situación que se ha de resolver a medio plazo, si se quiere un museo nacional de la altura que se nos exige. Hemos de medirnos con los 30 grandes museos internacionales, podemos jugar en esa liga pero con unas dotaciones mínimas sino es imposible», apunta Serra. Y la dotación para ello no es la actual: 13 millones de euros de los cuales 12 hay que dedicarlos a gastos estructurales, de manera que para actividades solo queda uno, «una cifra ridícula» si se tiene en cuenta que una exposición que se precie cuesta alrededor de 900.000 euros. «Estamos en el límite», asegura Serra, y para muestra un botón: las vitrinas y peanas de la nueva presentación de la colección de arte moderno inaugurada en septiembre son recicladas.

El legado Cambó

Parte de la solución pasa porque «las administraciones definan su prioridades». «Este museo tiene una colección igual o mayor en importancia que la del Reina Sofía y el presupuesto del Reina es de 35 millones. Trece millones no es un presupuesto para el MNAC», sentencia Serra. Pero mientras esto no cambia, el MNAC sigue desplegando sus colecciones en términos nacionales y prosigue en su empeño de mejorar su presentación y enriquecer el museo. En el primer apartado, el museo está cediendo obras en depósito a los centros del territorio en función de sus proyectos singulares. De momento, se han prestado a largo plazo las piezas de Antoni Viladomat que el MNAC custodia al Museu Comarcal de Manresa; y hay en marcha, para el 2015, acuerdos similares con Olot, Sitges, Vilanova, Valls, Lleida y Girona. Y por lo que respecta a la presentación de los fondos en el Palau Nacional, este año toca reformular las colecciones de renacimiento y barroco, esto quiere decir incluir en el discurso expositivo el legado Cambó y el depósito Thyssen -ahora mostrados en salas aparte- y ofrecer un relato diferente. Los planteamientos se harán en el 2015 pero no se ejecutarán hasta el 2016. ¿Por qué? Por el presupuesto.