PRIMERA EXPOSICIÓN EN BARCELONA

La mirada de Jessica Lange

La actriz da a conocer su faceta como fotógrafa en Arts Santa Mònica

Una imagen tomada en una granja en Minnesota.

Una imagen tomada en una granja en Minnesota.

MARTA CERVERA / BARCELONA

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La exposición 'Unseen Jessica Lange', hasta el 28 de junio en el Arts Santa Mònica, desvela la faceta menos conocida de la intérprete que saltó a la fama con 'El portero siempre llama dos veces' y actualmente protagoniza la serie 'American Horror Story'. La muestra, que se presenta junto con 'This is the cover of the book', centrada en los libros de artista o fotolibros, se enmarca en la sexta edición de Arts Libris, Feria Internacional de la Edición Contemporánea que Ars Santa Mònica acoge hasta domingo.

«Busco la verdad y la espontaneidad, por eso cuando hago fotos intento convertirme en un ser invisible, anónimo, para captar el momento. Me interesan las fotos honestas, aquellas que capturan esa sutileza que solo aparece si no sabes que te están fotografiando», explicó ayer recién llegada de Nueva York Jessica Lange (Minnesota, 1949). Pese a no haber dormido y sufrir 'jet lag' Lange habló con ganas de sobre su pasión por captar imágenes, siempre en blanco y negro, con una Leica M6 y sin flash. «La fotografía me permite hacer lo opuesto de lo que hago ante la cámara. El cine es un trabajo de equipo, la fotografía en cambio es algo privado, íntimo y solitario».

Sentimiento y emoción

Anne Morin, comisaria de la exposición, destaca en el programa: «Sus fotografías no necesitan cargarse de frases inútiles. Punto y línea sobre plano son los elementos fundamentales de su escritura visual». Y la fotógrafa Mary Ellen Mark señaló hace tiempo: «Las fotos de Lange son extremamanete atmosféricas y gráficamente bellas. Sus imágenes son muy inteligentes, pero más allá de eso tienen sentimiento y emoción verdaderos».

Aunque los encuadres y la composición de sus obras son muy cinematográficos Lange asegura que no es algo calculado. «La mayoría de imágenes las capto en la calle. Me dejo llevar por el instinto al hacerlas. También la suerte influye», añade. «Mis fotos son reacciones emocionales ante lo que veo».

La exposición consta de dos partes. En la primera hay imágenes tomadas en Minnesota, su tierra, y en sus viajes a Rusia, Finlandia e Italia. La segunda se centra en México. «Siento una gran conexión emocional con México. En los últimos años he ido a menudo. Para mí es uno de los lugares más mágicos y facinantes. Me encantan sus rituales, su vida cotidiana y su gente» dice Lange, que ha dedicado una serie a la fiesta de los muertos. Como Cartier-Bresson, uno de sus fotógrafos más admirados junto a Josef Koudelka y Walker Evans, le encanta captar la esencia del momento. Lange, que ha viajado con su cámara a Barcelona, asegura que se ha convertido en una extensión de sí misma. «A veces capto cosas que ni he visto», dice respecto a esos «regalos» que en ocasiones aparecen cuando revela los carretes.

No se imagina con una cámara digital y menos aún haciéndose un autorretrato con el móvil. «No me interesan las redes sociales y nunca me he hecho un selfie», confiesa esta mujer a quien le cuesta entender la pasión por Instagram. «Alucino viendo como la gente se fotografía constantemente. ¿A quien le importa eso? Es algo muy narcisista. Este mundo es muy diferente al que yo he vivido».

Antes de querer ser actriz, la oscarizada Jessica Lange estudió fotografía en Minnesota. Tras conocer a su marido, el fotógrafo español Paco Grande, vino a Europa y optó por estudiar arte dramático, su otra pasión. Después, cuando Sam Shepard, con quien creó una familia, le regaló la Leica, Lange recuperó el gusto por la fotografía. Su primera exposición en solitario fue en el 2008.