Merecen mucho más

TantoTísnercomoJoan SalescomoPere Caldersdeberían ser autores leídos, queridos y recordados. Los primeros culpables del olvido no se encuentran en la sociedad literaria sino en las editoriales y en las televisiones y radios públicas. Una vez dejado más o menos atrás el nefasto sarampión de los embalsamadores que dictaminaron desde las universidades que no debían participar de la literatura viva -ni mantener viva la literatura en la sociedad, que debería ser el primer objetivo-, la vorágine de la novedad y el premio, la presión de la promoción de la última deposición a vender sí o sí, han contribuido en gran medida a desequilibrar la balanza entre novedad y memoria, y a desviar la atención debida al pasado para acumularla en el presente. Los medios solo pueden ser acusados de ayudar tal como el mundo editorial quiere ser ayudado.

¿Todos los medios? No todos. Los públicos tienen otras obligaciones y no las han cumplido. Si según el nuevo presidente de lacorpo,Brauli Duart,la lengua y la cultura catalanas justifican el gasto, deberían dejar de hacer el vacío sistemático y permanente a los autores más eminentes de la literatura. Eso no pasa en otros lugares. La trayectoria culturalista deFèlix Rieracomo gestor privado es impecable y ejemplar (con producciones sobreCalders, PlaoDalí). Esperamos que la traslade a Catalunya Ràdio, que el mismo espíritu empape TV3 yEugeni Sallentprosiga y profundice la inflexión cultural deMònica Terribas.Si no fuera porque nos hemos construido estas horcas caudinas, ahora no tendríamos que sufrir la vergüenza de pasar por debajo en el triple homenaje en sustitución de los homenajes individuales que estos autores se han ganado. Y es que merecen mucho más que un acto institucional. Merecen estar vivos, ser leídos, queridos, recordados, divulgados. La obra está viva, aunque le hayamos echado tantas paladas de tierra encima durante tantos años.