Amplia exposición de un retratista de celebridades

La marca de De Laiguana

El fotógrafo catalán expone una retrospectiva en BCN con más de 150 fotos de estrellas

Martina Klein, frente a dos retratos.

Martina Klein, frente a dos retratos.

FERRAN IMEDIO
BARCELONA

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Si hay un fotógrafo español famoso, buscado y querido entre el mundo de la farándula y las celebrities, ese es Jaume de Laiguana. Puede presumir de ser su retratista de cabecera, el tipo al que llaman para pedirle «a ver si hacemos algo», aunque ese algo sea meterse en una pecera de agua helada colgando de unas anillas (Bimba Bosé aguantó lo que no está escrito), soportar el dolor que provoca el hielo sintético al quemar la piel (Nacho Duato se retorció más que bailó en un minitúnel), arrastrar un generador por las dunas de Maspalomas (Rosario se prestó a ello para que le iluminaran unos fluorescentes en medio de la playa) o enterrarse vivo en compañía de gusanos de tamaño XXL (Silvia Abascal lo sufrió poniendo la mejor cara). «Me gusta buscar el límite, intento que pasen cosas, siempre con respeto», confiesa.

Esa reputación se la ha ganado el artista barcelonés en apenas 15 años, los que repasa la retrospectiva que le dedica el Palau Robert desde hoy y hasta el 26 de mayo. Allí se pueden ver más de 150 instantáneas en las que aparecen Shakira, Alejandro Sanz, Javier Bardem, Bruce Willis, Penélope Cruz, Rosario Flores, Álex de la Iglesia, Rossy de Palma, Lewis Hamilton, Hugh Laurie, Adrien Brody... Todos ellos protagonizan retratos en color y en blanco y negro, siempre con tonos cálidos, y escenas casi cinematográficas cuya producción se adivina carísima (solo la serie de los atletas olímpicos españoles que iban a participar en Pekín-2008 costó 250.000 euros).

«No sé hacer fotos de gente anónima. Desde el principio trabajé con famosos y creo que podría hacer cosas de tipo más social porque me gusta dominar y controlar el ambiente en que trabajo», comenta el fotógrafo, que también es director de arte, realizador de espots y videoclips y escenógrafo que ha ganado varios premios de publicidad y fotografía, y ha sido nominado a los MTV latinos y los Grammy. Tiene como referentes a Helmut Newton (desnudos), Peter Lindbergh (maestro del blanco y negro consagrado a la moda) y Gregory Crewdson (surrealismo con escenificaciones sofisticadas).

Su fama no ha dejado de crecer desde que, a mediados de los 90, se plantó en Madrid con una cámara bajo el brazo. «Lo mío fue muy raro. No era fotógrafo, apenas tenía conocimientos. Me convertí en fotógrafo de la noche al día», explicó ayer al presentar la muestra. Un error (una foto quemada a Marlene Mourreau para Cambio 16) que pudo haber enterrado su incipiente carrera le granjeó muchos clientes. «En aquella imagen -recuerda-, Marlene parecía tener 15 años y todas las famosas quisieron que las retratara igual».

LA FOTO DE MILAN PIQUÉ MEBARAK / Su nombre llegó a oídos de Shakira, íntima suya. Hace nueve años, Alejandro Sanz le pidió que viajara a Miami porque la colombiana le quería conocer. Allá fue y a los 15 días le dio trabajo. Acabó siendo director artístico de una de sus giras, albergó la fiesta de cumpleaños en que ella y Gerard Piqué hicieron la foto que colgaron en internet para confirmar los rumores de que estaban juntos y, dentro de pocos días, inmortalizará al pequeño Milan Piqué Mebarak.

Ser amigo de sus modelos es clave para él. Al conocerlos bien, puede extraer mejor su esencia. «Hay que ser más psicólogo que fotógrafo», explica el barcelonés, que con su trabajo invita a «reflexionar» más que a ejercer la denuncia. «A la fotografía de moda, por ejemplo, le suele faltar mensaje. Se puede hacer algo más que solo la pose», critica. Eso sí, sin retoques digitales. «Lo importante es la iluminación. Iluminar y disparar», puntualiza.

EXPLORAR LA VENA ARTÍSTICA / A sus 46 años, De Laiguana quiere hacer más cosas. Seguir siendo «mercenario» de lujo para las marcas que apuesten por su visión, pero sobre todo, hacer fotos por su cuenta en las que explorar su vena artística. No disfruta tanto con los vídeos porque no controla la escena como cuando hace fotos. Durante los dos próximos años hará una serie con 12 temas que inició con Kortajarena (explica una historia en varias imágenes) y que le va a llevar dos años de trabajo. También quiere reinvindicar la arquitectura de Barcelona como plató y ya ha apalabrado un trabajo con Sofía Loren, otra amiga para su agenda.

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