crónica

Mágico y expresivo Joshua Bell

El violinista estadounidense brilla junto a la OBC

El violinista Joshua Bell.

El violinista Joshua Bell. / ANTONI BOFILL

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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De Pablo Sarasate al mágico Joshua Bell. La interpretación de la Sinfonía española para violín y orquesta, de Édouard Lalo, fue uno de los momentos culminantes del programa que la OBC Sinfonía española para violín y orquestaofreció el viernes en el Auditori. Y eso que la orquesta, dirigida con nervio por Ramón Tebar, tuvo en la misma velada oportunidades de lucimiento como las de la recreación del célebre Bolero , la de la obra de ballet Estancia de Ginastera y el añadido de Estancia L'Alimara fallecido el pasado 25 de septiembre.

El violinista estadounidense deslumbró con su pulida y expresiva ejecución de la pieza del autor francés del siglo XIX que nunca llegó a pisar España pero que supo impregnarse de las esencias exóticas de su música, en parte gracias a su relación con Sarasate, al que dedicó la obra que el navarro estrenó en París en 1875.

Las exigencias virtuosísticas de una partitura, con pegadizos ritmos y envolventes melodías, encontraron en Bell, en perfecto diálogo con la formación, el mejor intérprete posible. Fue tal el entusiasmo que despertó la inmaculada belleza del sonido extraído de su Stradivarius que el músico se vio obligado a ofrecer, junto a la orquesta, una propina con la lírica Meditaciónde la ópera Thaïs de Massenet.

L'Alimara, poema sinfónico para dos coblas y percusión de Oltra ofrecido en la versión para orquesta, abrió con brillantez la noche. Ya en la segunda parte, llegó la atmosférica obra de Ginastera, que relata la vida de los gauchos en la pampa argentina. Fernando Ríos Palacios declamó con emoción los versos de Martín Fierro que se insertan en el relato musical coronado con la vertiginosa danza final Malambo.

La interpretación del Bolero La orquesta hipnotizó a un auditorio pendiente del crescendo de la obsesiva melodía, de ritmo y tempo invariables, que concluye con una estruendosa coda. Buen trabajo de Tebar y la OBC seguido con delirio por un público que prácticamente llenó el recinto.

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