UN CONCIERTO MUY ESPECIAL

Loquillo, la Mercè en Las Ventas

El rockero del Clot protagoniza un triunfal recital en Madrid del que saldrán un disco y un DVD

Madrid  Concierto de Loquillo en Las Ventas

Madrid Concierto de Loquillo en Las Ventas / periodico

JUANCHO DUMALL / MADRID

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Loquillo, otra vez a la contra, triunfó en la noche de la Mercè. La particularidad es que no lo hizo en Barcelona, su ciudad, sino en Madrid y en un escenario tan singular como es la plaza de toros de Las Ventas. Allí ofreció casi dos horas y media de música ante sus fans de la capital de España y a los llegados de muchos otros puntos. No en vano este concierto, del que saldrá un disco y un DVD, se consideraba una cita esencial en la gira 'Salud y rock and roll' que el artista emprendió a principios de este verano. Las entradas para esta cita estaban agotadas desde hace meses.

Rodeado de una espectacular banda de músicos, con especial mención a las guitarras de Mario CoboJosu García e Igor Paskual, Loquillo desgranó algunos de sus viejos éxitos, ante el delirio de los aficionados, y defendió las nuevas canciones de su último trabajo de estudio, 'Viento del Este' 'Viento del Este', publicado en abril de este año.

Aunque pueda parecer increíble, el público, el más joven y el de la generación del 'Loco' (nacido en 1960), sigue coreando con pasión temas como 'Esto no es Hawai', 'Quiero un camión' o 'Rock and roll star', canciones legendarias que en directo suenan ahora con más potencia y riqueza de matices. El directo que ahora ofrecen Loquillo y sus músicos no es en absoluto autoparódico, sino una evolución del rock de los años de la movida y de las giras locas de los Trogloditas. Ahora se fusionan los viejos éxitos compuestos por Sabino Méndez con el rock maduro que llegó después.

'EN LAS CALLES DE MADRID'

Momentos álgidos en el esperado bolo de Las Ventas fueron las interpretaciones, con todo el tendido en pie, de 'Rock and roll actitud', 'Feo, fuerte y formal'  y, por supuesto, 'El ritmo del garaje'. Pero en esta ocasión tuvo especial impacto el himno 'En las calles de Madrid', recibido por el público como un emocionante reconocimiento del artista a la fuerza que el rock ha tenido históricamente en la capital de España. Loquillo, que habló poco durante el concierto, sí se dirigió al respetable para definirse como "un barcelonés que ama a esta ciudad" (clamor en la plaza) y como alguien que mira Madrid "desde una ladera del Tibidabo" (nueva ovación y mecheros y móviles alumbrando la serena noche castellana durante la interpretación de 'Cadillac solitario').

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En la fiesta posterior al concierto, en un corredor del mismo coso taurino (con visita exprés de Albert Rivera, con chupa negra), el rockero del Clot estaba exultante. No quiso alimentar viejas polémicas, pero su cara de satisfacción denotaba el orgullo de haber triunfado por todo lo alto en Madrid, donde se le adora, mientras se sigue sintiendo injustamente tratado en Barcelona. En la Barcelona que vino después de la magistralmente retratada el jueves por el pregonero Javier Pérez Andújar.

Después de casi cuatro décadas de carrera musical, Loquillo dispone de un repertorio imbatible cuando se planta ante un público que le sigue desde hace tiempo, y todavía hace creíble la actitud de un rocker que "marca la diferencia sin haceros reverencias". Alguien que, visto desde Catalunya, no vino aquí para hacer amigos.