El MNAC compra una gran obra del gótico catalán

Lluís Dalmau es uno de los grandes artistas del gótico catalán. En el siglo XV pocos pintores le hacían sombra. De hecho, su viaje a Flandes en 1431 fue crucial para empaparse del estilo de los llamados flamencos primitivos, por entonces muy en boga en toda Europa, y para volver con la etiqueta de innovador. Una cualidad, la de renovador de la pintura, que lo convirtió en el artista más solicitado de su tiempo y le valió el encargo, en 1443, de la tabla de la capilla del Consell de Cent. El resultado fue la 'Mare de Déu dels Consellers', una pieza deudora de Jan van Eyck, el primero entre los primeros de los flamencos, y una tabla icónica que pasa por ser una de las obras maestras del gótico catalán.

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La pieza se conserva en el <strong>Museu nacional d’Art de Catalunya (MNAC)</strong> y era, hasta ayer, la única obra de Dalmau, pintor de la corte del rey Alfons el Magnàmim, en el Palau Nacional. Una segunda tabla, 'La decapitació de Sant Baldiri' (un fragmento del 'Retaule de Sant Baldiri'), está camino de Montjuïc después de que el museo la adquiriera en una subasta celebrada el martes en Barcelona, en la sala Balclis, por 125.000 euros, el precio de salida. Cantidad donada altruistamente por la Fundació Palarq, presidida por el empresario farmacéutico Antonio Gallardo, en la que es su segunda gran contribución al MNAC tras la dación que realizó, en noviembre del 2015, de un espectacular conjunto de piezas medievales de artistas tan destacados como los hermanos Serra, Lluís Borrasà y Bernat Martorell.

EN MANOS DE RAFAEL CASANOVA

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"'La decapitació de Sant Baldiri'  tiene calidad, goza de buen estado y es iconográficamente potente", afirma Pepe Serra, director del MNAC. Pero hay mucho más, tiene el valor añadido de la unicidad. “La producción de Dalmau ha tenido mala suerte y la mayoría de sus piezas se han perdido o se han destruido”, apunta Francesc Ruiz, el historiador que consiguió atribuir la obra ayer subastada y otra más (actualmente en la colección madrileña Rudolf Gerstenmaier) al pintor valenciano afincado en Barcelona. Solo se conservan dos conjuntos, o un conjunto y medio, del corpus artístico de Dalmau: la 'Mare de Déu dels Consellers' y tres fragmentos de 'El retaule de Sant Baldiri', el que fue retablo mayor de la iglesia parroquial de Sant Boi de Llobregat. La tabla central continúa en su sitio. "Cuando se retiró el retablo gótico para poner uno barroco se reutilizó", sostiene Ruiz, y en la década de los 60 Joan Ainaud de Lasarte la atribuyó a Dalmau.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"El antecedente de Tapir\u00f3","text":"Esta no es la \u00fanica pieza adquirida directamente por el MNAC. Lo usual es que la Genealitat\u00a0o el Estado\u00a0compren obras que despu\u00e9s depositan en los museos que consideran m\u00e1s adecuados o que han mostrado inter\u00e9s por la venta. Pero la crisis y los presupuestos cada vez m\u00e1s menguados de la administraci\u00f3n han llevado al MNAC a apostar por el mecenazgo o otras alternativas para engrosar sus fondos. La \u00faltima pieza adquirida directamente por el Palau Nacional antes de 'La decapitaci\u00f3 de Sant Baldiri' fue el 'El sant\u00f3 Darcag\u00fcey', de Josep Tapir\u00f3. La preciosa acuarela\u00a0fue adquirida (90.000 euros) con el\u00a0dinero ingresado por alquilar el Palau Nacional para el enlace de la sobrina del magnate Lakshmi Mittal,\u00a0en el 2013. Una actuaci\u00f3n que gener\u00f3 pol\u00e9mica.\u00a0\u00a0"}}

Los otros dos fragmentos se dispersaron y Ruiz los localizó y atribuyó al pintor gótico, "por iconografía, historiografía, estilo y procedencia", a finales de los 90. La historia del ahora vendido tiene su anécdota. Recaló en la familia de la mujer del último 'conseller en cap' de Barcelona, Rafael Casanova. Y acabó en Sant Feliu de Guíxols cuando la última descendiente de la estirpe se casó con un militar del municipio ampurdanés. Y en las mismas manos continuaba cuando Ruiz la localizó. El historiador tiene la esperanza de que aparezcan más, pues "probablemente el retablo tenía seis tablas, además de la central, el calvario y la predela", explica.

UN ARTISTA CON MALA SUERTE

'La Mare de Déu dels Consellers' y el 'El retaule de Sant Baldiri' "son las únicas piezas conservadas y documentadas", continúa Ruiz, de Dalmau. También se le atribuye el arcosolio de la tumba de Sança Ximenis de Cabrera de la catedral de Barcelona, pero de eso no hay documentación. Así que el hecho de que se "haya recuperado para las colecciones públicas una obra como esta es una gran noticia", reflexiona el director del MNAC, que hace hincapié en la labor de mecenazgo de Gallardo. "En un contexto como el actual, 125.000 euros es una cifra considerable, y más sin estímulos fiscales ni ley del mecenazgo. En Francia, por ejemplo, una donación como esta puede suponer una gran desgravación fiscal", mantiene Serra. La cifra final de compra es alta, pero barata a la vez. "Es un precio muy, muy, muy razonable para una pieza como esta. Y una suerte que haya salido al mercado en Barcelona, y no en Londres o Nueva York", a juicio del director del museo. El hecho, de entrada, permitió que el MNAC  pidiera su protección y que la Generalitat se la diera y la declarara inexportable. Una ventaja para el museo a la hora de comprar.

No en vano, "es difícil encontrar obras para la colección medieval de este nivel, una tabla susceptible de engrosar la colección permanente de cualquier museo europeo o internacional", afirma Serra. Y eso pasará en el MNAC, irá directamente a salas y de allí no se moverá. "Formará parte de la piel del museo, y será una de sus obras maestras", concluye el director. Algo que llena de orgullo a Ruiz, que fue durante muchos años conservador del museo. "Es un artista muy escaso en obra, y esta es una pieza segura. Dalmau se formó en una época de gran calidad y pasó por el taller de Van Eyck, alcanzó una gran destreza. Fue, junto a Jaume Huguet, el más grande del siglo XV", resume el historiador. ¿La prueba? Los 'consellers' decidieron encargar la tabla para su capilla a 'lo millor e pus apte pintor qui encercar e trobar se posgués', según consta en los documentos.