Ideas

Líneas rojas

XAVIER BRU DE SALA

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Ya que, como por desgracia es habitual, la cultura no aparece en las palabras de los candidatos a las elecciones del próximo domingo, la gente de la cultura ha levantado, no el pie y menos en pie de guerra, ni siquiera la mano, sino un dedo. Un dedo amable y cordial pero levantado. No cabe esperar que baje tras las elecciones, si no es para sentarse a una mesa y acordar políticas culturales con el Govern y el Parlament.

La cultura ha sufrido los recortes con estoicismo creativo. La gente de la cultura ha entendido que los tiempos son difíciles y ha encontrado una interlocución positiva en laconselleria. Ahora se encuentra en el límite y no podría resistir nuevos recortes sin perder tejido sustancial.

Quizá el lector conozca laDeclaració de Catalunya per la Culturaque señala «las líneas rojas de la cultura en Catalunya» y propone un «acuerdo marco entre las fuerzas políticas catalanas y los sectores de la cultura para asegurar el futuro del sistema cultural catalán».

Se trata de un documento que promueve el Cercle de Cultura juntamente con la práctica totalidad de las asociaciones culturales del país. En esencia, laDeclaració propone un marco de debate que parta del principio vertebrador y cohesionador de la cultura en la identidad nacional de los catalanes.

Hay algún antecedente de amplias propuestas sobre la cultura escritas en positivo. Pero es la primera vez que un manifiesto de estas características cuenta con la adhesión de toda la comunidad cultural.

Al final de un largo proceso y en circunstancias históricas tan difíciles como apasionantes, la cultura da un paso adelante unida y se dirige a las fuerzas políticas y a la sociedad para que contribuyan a reforzarla.

Catalunya ha emprendido un viaje. Aunque algunos no se acaben de dar cuenta, la cultura es imprescindible para recorrerlo en condiciones.

Si la debilitamos en lugar de de esforzarnos en fortalecerla, acabaremos desorientados como sociedad aunque lleguemos a buen puerto.