La ley del cine primará el pacto con las 'majors' sobre el doblaje

Los cambios en la norma eximen al cine europeo de la versión catalana

Fotograma de 'Frozen', una de las pocas películas dobaldas al catalán actualmente en cartelera

Fotograma de 'Frozen', una de las pocas películas dobaldas al catalán actualmente en cartelera / periodico

NATÀLIA FARRÉ / Barcelona

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Cuatro años después de aprobar la ley del cine en catalán, la norma sigue sin reglamento y sin aplicarse en su mayor parte, o por lo menos sin aplicarse en su parte más conflictiva: el artículo 18, el que obligaba a alcanzar un 50% de doblaje al catalán de todas aquellas películas que no se exhibieran en versión original, que es lo mismo que decir de todas aquellas que no fueran españolas o catalanas. Y el mismo artículo que ayer el Govern aprobó modificar por imperativo de la UE. Así, acatando la sentencia de Bruselas, el cambio principal es el que exime también al cine europeo de la obligación de ser doblado al catalán. Pero no es la única reforma. El anteproyecto de modificación incluye, además, primar el pacto industrial con las distribuidoras americanas, por encima de la imposición; desechar el sistema de cuotas de copias actual a favor de un porcentaje de sesiones, y potenciar la subtitulación, sin olvidar el doblaje.

El siguiente paso de la ley es el trámite parlamentario para aprobar las modificaciones, que según Ferran Mascarell, "será más bien después que antes del verano", y "sumar el máximo consenso posible" con todos los implicados (distribuidoras y exhibidoras) y con el resto de partidos políticos, lo que puede "llevar a alguna modificación" de lo aprobado ayer. Luego vendrá el reglamento para desarrollar la ley y los acuerdos con las majors, temas que "ya están redactados y encima de la mesa", según el conseller.

La sentencia de la UE que ha obligado a la modificación tildaba la norma de favoritista con al cine español frente al realizado en el resto de países de Europa, algo contrario al libre movimiento de servicios que impera en la unión. Pero pese a eximir a dicho cine del doblaje en catalán, la nueva norma preve establecer mecanismos de apoyo para promover su doblaje, algo a lo que «los distribuidores europeos están predispuestos», a juicio de Mascarell.

Los cambios también recogen la nueva realidad del cine, que ya no es analógica –como en el 2010, cuando se aprobó la ley–, sino digital. De manera que la ley ya no habla de copias sino de sesiones. Y en el horizonte figura alcanzar, de una manera progresiva, el 50% de sesiones de cine en catalán dentro de 10 años. Las nuevas tecnologías también afectan a las películas distribuidas por otros canales que el de la proyección en salas, estas, en su menú lingüístico, también deberán incorporar la versión catalana.

Apostar la subtitulación

 Con todo, lo más significativo de la modificación legislativa es la rebaja del espíritu coercitivo de la ley. Si antes optaba por el obligado cumplimiento y la sanción, ahora aboga por el pacto. Aunque si este no llega en los seis meses posteriores a la entrada en vigor de la norma, se mantendrán las sanciones: hasta 75.000 euros las más graves. La apuesta por el acuerdo tiene su origen en el pacto firmado por la Generalitat con el sector, en septiembre del 2011, para que recuperaran el doblaje en catalán después de que las majors se negaran a ello en diciembre del 2010. Mascarell afirma que las "distribuidoras conocen la propuesta", y que "la prioridad es doblar las películas infantiles, juveniles y de gran consumo". El resto, tenderán a la subtitulación, un recurso que la ley quiere potenciar, dado que es más abarato y demandado por las nuevas generaciones.

Con los cambios se quita “rigidez y se apuesta por el avance del catalán en el cine de forma acordada”, reflexiona Mascarell para quien el objetivo es igualar el consumo del cine al del libro: 27,8%.