ANIVERSARIO AMARGO

Una gran fiesta con poco que celebrar

Joan Garriga actuó en el teatro de los Lluïsos de Gràcia mientras el Heliogàbal reajusta la plantilla para afrontar su peor momento

La troba Kung Fu

La troba Kung Fu / periodico

NANDO CRUZ / BARCELONA

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El destino es así de cruel. La cancelación de la programación de conciertos del Heliogàbal ha dado al traste con alguno previsto para conmemorar el 20 aniversario del bar. Por ejemplo, los dos pases de Joan Garriga, cuyas entradas se agotaron hace semanas. Pero en un arranque de rabia positiva, los responsables del local se empeñaron en celebrar el concierto como fuese. Y tras meteóricas gestiones, el líder de La Troba Kung-Fú actuó en el rehabilitado teatro de los Lluïsos de Gràcia.

Fue una celebración agridulce. El público bailó y coreó las versiones de Harry Belafonte, Jaume Arnella, Bob Marley, Los Tigres del Norte y Buena Vista Social Club, pero los gestores del Heliogàbal tenían la cabeza en otro sitio. ¿Cuándo se podrá volver programar música en vivo en el bar? ¿Cómo se va a resolver esta situación? Horas antes de que Garriga subiera al escenario, se desbloqueaba la situación en una reunión en el distrito de Gràcia. El ayuntamiento creará una categoría que reconozca espacios culturales como el Heliogàbal y no choque con el restrictivo Pla d'Usos del distrito. Esa es la buena noticia. La mala, que no hay fecha clara de cuándo se aprobará; puede ser un mes, tres o seis. Mientras tanto, el bar tiene que despedir a seis trabajadores y pagar una multa de 30.000 euros.

'EL FUGITIU'

El destino guarda ases en la manga y tuvo que ser Garriga el protagonista de tan agridulce velada. Justamente él, que años atrás ya decía: "No quiero que mis hijos crean que tengo un oficio extraño. Quiero ir por la ciudad y poderles decir: 'Mira, aquí el pescadero vende pescado, aquí el carpintero trabaja la madera y aquí, en el bar, trabaja tu padre cantando canciones". En muy sincera solidaridad con esas bodegas, bares y tabernas que desean montar conciertos en Barcelona, en los primeros minutos Garriga entonó el poema "El fugitiu" de Miquel Martí i Pol: "Ja no tinc res, només la veu i un gest cansat de vell profeta / Municipals de tot arreu saben la meva malifeta".

Garriga no estuvo solo. Le acompañó Madjid Fahem, el vertiginoso guitarrista de Manu Chao, con quien suele compartir este tipo de conciertos de guerrilla a dúo, a guitarra acústica y acordeón. El ambiente era tan familiar que en las primeras filas abundaban los menores de edad (otra normativa a derribar, esa que priva a los jóvenes de escuchar música en vivo). Tan familiar, decíamos, que Jonathan Ximenis, del grupo de rumba Arrels de Gràcia, subió a cantar 'Cançó del lladre', y Eldys Vega, ex-Ojos de Brujo, salió a improvisar en 'Volant'. Ambos triunfaron por todo lo alto, pues lo mejor de la música en vivo es lo que sale sobre la marcha. Y así, este gafado concierto de aniversario desembocó en memorable velada gracias a un vallesano, un francés de origen argelino, un gitano y un cubano.

Lo más difícil fue conseguir que terminase el concierto. Ni 'Bufa el vent', ni 'This train', ni el 'Sonajero de colores' de Dusminguet parecían servir como colofón. Los músicos no querían abandonar el escenario. Y cuando lo hicieron, el público se puso a cantar 'Flor de primavera'Artur Estrada, del Heliogàbal, suplicó a Garriga y Fahem que no volvieran a salir. La amenaza para desalojar por parte de los responsables del teatro fue más rotunda: "¡Al que se niegue le doy la fregona!". Siempre entre risas y sonrisas. Una noche para recordar. A pesar de todo.

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