consecuencias de la crisis económica

Incertidumbre musical

Un ERE amenaza el Liceu mientras el Palau y el Auditori se aprietan el cinturón

Juan Diego Flórez y Diana Damrau, en el Liceu, en 'Linda di Chamounix'.

Juan Diego Flórez y Diana Damrau, en el Liceu, en 'Linda di Chamounix'.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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La incertidumbre y el pesimismo se han adueñado de las principales instituciones musicales de Catalunya: el Palau de la Música, el Auditori y el Gran Teatre del Liceu. Este último es el más afectado por la crisis. La falta de previsión (la venta de entradas y el mecenazgo han caído cerca de un 20%, respectivamente), sumados a los recortes presupuestarios, han obligado a Joan Francesc Marco, director general del Gran Teatre, a plantearse medidas extraordinarias.

A saber: contempla suspender grandes títulos operísticos y mantener el teatro cerrado marzo y junio tras un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal. Se eliminaría el programa doble de óperas de Alexander Zemlinski Una tragedia florentinayEl enano, yPelléas et Mélisande, de Debussy. Peligran además las funciones de los Ballets de Montecarlo. El coliseo espera ahorrar unos dos millones de euros con estas medidas que empañarían la imagen del coliseo.

ALARMA EN EL LICEU /«Puede pasar de todo», advierte Marco, que tramitará tan drásticas medidas si al final de mes el Ministerio de Cultura recorta más allá del 10% previsto (el Estado aporta el 45% de inversión pública). El comité de empresa exige a una alternativa para no dejar a los 390 trabajadores del Liceu sin empleo y sueldo durante dos meses.

«En el futuro tendremos que hacer lo mismo o más con menos. Se puede, si trabajamos de otra forma», asegura Marco. Joan Matabosch, responsable artístico, no lo ve tan claro. «Aquí pasa algo desde el punto de vista de la gestión», dijo ayer, en la presentación del Concurs Viñas.

El descenso de ingresos es general en Barcelona. «Tendremos un año difícil debido a la disminución de ingresos y patrocinio. Habrá que apretarse el cinturón», reconoció ayer Joan Oller, director general del Palau de la Música, centro privado que recibe cerca de un 20% del presupuesto de la administración.

«Haremos ajustes pero no nos plantearnos un ERE, bajada de sueldos o un cierre parcial, de momento». Esta temporada ha tenido unos 13 millones de euros de presupuesto, que prevé bajar a 11 millones la próxima. A Oller le preocupa el efecto de la crisis en el resto de los clientes del Palau, promotores privados que alquilan la sala.

El Palau cuenta con 110 trabajadores y un único cuerpo musical profesional estable: el Cor de Cambra. Oller negocia con la Generalitat, que asume parte de su coste, otras fórmulas que den viabilidad a la formación. «Hoy en día todo peligra», advierte. No prevé hacer temporadas más cortas para ahorrar: «El ciclo Palau 100 ha aumentado en ingresos y el resto están estabilizados, casi se financian». En este contexto solo quedaría por recortar «gastos de estructura, como en el Liceu», explica. «Habrá que hacer sacrificios».

DÉFICIT EN EL AUDITORI / La última auditoría refleja que, entre la temporada 2009 y 2011, el Auditori registró pérdidas estimadas en 2.750.000 euros. El centro público tiene un déficit de 511.000 euros acumulado para los próximos ejercicios. «Debemos racionalizar la actividad para hacer frente a la crisis», declaró ayer Oriol Pérez-Treviño, el nuevo director. La temporada 2012-13 tendrá un 10% menos de presupuesto. Oscilará entre 16 y 18 millones de euros, frente a los 21 de la actual.

No prevé un ERE, pero sí habla de «redistribuir el trabajo» de la plantilla, en referencia a los 96 trabajadores que no son de la OBC, compuesta por 83 músicos. «Se ajustarán sueldos», añade. Él mismo se rebajó un 15% sus honorarios nada más llegar al cargo en septiembre. A nivel artístico prevé ahorrar programando «menos conciertos propios pero de calidad». Pese a la crisis, la OBC, piedra angular de su proyecto, saldrá reforzada: su presupuesto artístico aumentará en cerca de 600.000 euros.