Un ciclo que recupera a un autor clave de la historia del cine

Hitchcock, en alta definición

Los Verdi proyectan restaurados y en HD cuatro clásicos del director

Alfred Hitchcock, en una fotografía fechada en 1972 y localizada en Cannes.

Alfred Hitchcock, en una fotografía fechada en 1972 y localizada en Cannes.

QUIM CASAS
BARCELONA

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Las salas Verdi de Barcelona recuperan a partir de mañana cuatro títulos clásicos de Alfred Hitchcock exhibidos en versión digital. Los cuatro filmes serán proyectados cada uno de ellos en una sesión diaria:Psicosisa las 16.00 horas;Los pájarosa las 18.10;Vértigo/De entre los muertos a las 19.30, yCon la muerte en los talonesa las 22.00. La entrada para cada sesión cuesta 5 euros, todos los días.

Hitchcock fue, en el aparato técnico, un avanzado a su época (puesta en escena, montaje, utilización de losstory boardso la configuración de toda una banda sonora a partir de sonidos electrónicos en vez de música, como hizo enLos pájaros). No sería nada extraño que, de vivir y trabajar en la actualidad, a Hitchcock le gustara el digital y que lo empleara de manera más creativa a la forma en que lo usan algunos cineastas contemporáneos.

Classic Films Distribución (antes Cooper Films) es la empresa barcelonesa que tiene los derechos de estas películas (y de muchas otras del cine clásico norteamericano) y la que ahora las distribuye en su edición restaurada y proyectada digitalmente. No hay un criterio más o menos establecido en Estados Unidos para la restauración de viejos filmes hollywoodienses en alta definición. De vez en cuando se restaura alguno y se intenta su comercialización (Marnie la ladronaes otrohitchcockque ha sido cuidado y embellecido digitalmente).

DEL CELULOIDE AL DIGITAL / La reconversión de celuloide antiguo en disco digital tiene innegables virtudes. Una de ellas es la conservación de las películas. La otra, la restauración de la imagen (a veces dañada por culpa del tiraje de copias a partir de negativos originales en mal estado), es mucho más completa sin que se pierdan casi ninguna de las virtudes analógicas de la copia en celuloide, ganándose en mayor resolución. Las bobinas de una cámara de 35 mm equivaldrían a más de 20 megapixeles, mientras que la alta definición de las películas no llega a tres megapixeles, por lo que se gana en calidad de visionado. El problema es económico. La restauración y remasterización paciente de un largometraje en HD lleva un tiempo considerable, más si se parte de copias que han perdido calidad (brillo, contraste, luminosidad) con el paso del tiempo. Esas pérdidas acostumbran a ser muy difíciles de subsanar.

Afortunadamente, el grueso de la obra de Hitchcock se ha conservado en un buen estado. El director deEncadenadoses un habitual de las restauraciones y los ciclos exhibidos en sala comercial. En 1984, con el título deLo esencial de Hitchcock, se repusieron algunas de sus películas que llevaban tiempo sin verse: las cuatro protagonizadas por James Stewart -La soga,La ventana indiscreta,El hombre que sabía demasiado yVértigo-más la comedia negraPero, ¿quién mató a Harry?. Más tarde llegó uno tituladoLa madurez de Hitchcock, conNáufragos,Pánico en la escena,Extraños en un tren,Yo confieso,Crimen perfectoyFalso culpable.

ASESINATO EN LA DUCHA / El ciclo que ahora presentan los cines Verdi recoge cuatro de sus películas fundamentales. Y aunque los tiempos han cambiado y buena parte del público puede conocer bien la obra del director, volver a presenciar el asesinato en la ducha dePsicosis, la recreación de un amor necrófilo enVértigo, la persecución que sufre Cary Grant por parte de una avioneta fumigadora enCon la muerte en los taloneso la catarsis final deLos pájaros, resulta absolutamente gratificante.

La obra de Hitchcock no ha envejecido. La prueba está en la herencia que no cesa, de Brian De Palma a los remakes confesos (Crimen perfecto,Psicosis) o inconfesos (múltiples derivaciones deVértigooLa ventana indiscreta) de sus películas. El fulgor de su cine reaparece de nuevo y el cambio de resolución de imagen no le afecta en absoluto. Y, como ordenó Hitchcock cuando se estrenóPsicosis en 1960, «no se debe dejar entrar a nadie después de que empiece la proyección». Los que no la hayan visto entenderán, viendo a Janet Leigh, por qué fue tan tajante el orondo director.