MIEDO A LAS SANCIONES

El Heliogàbal tira la toalla

El local de Gràcia cancela sus conciertos definitivamente ante la imposibilidad de encontrar una vía legal para existir

Concierto en el bar Heliogàbal, uno de los tres espacios del Ronda.

Concierto en el bar Heliogàbal, uno de los tres espacios del Ronda.

NANDO CRUZ / BARCELONA

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Apenas tres años le ha servido al Heliogàbal el Premi Ciutat de Barcelona concedido por el ayuntamiento "por su actividad anual y por haberse convertido en un espacio de creación de referencia, motor y punto de encuentro de la escena musical catalana". El emblemático local del barrio de Gràcia ha emitido un comunicado en el que anuncia lo siguiente: "Por miedo a que nos pongan más multas y nos acaben de hundir económicamente, nos vemos obligados a cancelar, trasladar o aplazar todos los conciertos que tenían que celebrarse en el bar".

Ya no son solo los conciertos de esta semana los que se suspenden, sino todos y hasta nuevo aviso. El del cuarteto británico Sauna Youth, por ejemplo, programado para el martes, se ha trasladado a la sala Freedonia. Y poco a poco se irán reubicando todas las actuaciones o, si no queda otra opción, cancelando. De este modo, Gràcia se queda sin ningún espacio que ofrezca música en vivo con regularidad. Es, de hecho, lo que ya ocurre en tantos otros barrios de Barcelona. La ciudad de los grandes festivales.

LIMBO LEGAL

El Heliogàbal ha vivido durante años en un limbo legal debido a la inacción de los diferentes gobiernos municipales. Carles Sala, director de Infraestructuras Culturales, Patrimonio y Coordinación del ICUB, trabaja en el ayuntamiento de Barcelona desde hace 12 años y ya no se muerde la lengua. "Esto no lo solucionó el gobierno socialista, ni el tripartito, ni el gobierno de Trias. Lo único que han hecho todos en este caso es decidir que lo mejor que podían hacer era mirar a otro lado", denuncia.

Para evitar molestias a los vecinos, el bar contrató en su día a un agente de seguridad cuando por ley no estaba obligado. También compró el piso de encima del bar para evitar que un inquilino pudiera quejarse del ruido. Y meses atrás ocupó el local contiguo, que ahora usa como oficina y almacén. El Heliogàbal podría acometer las obras necesarias para obtener una licencia de bar musical (la actual es de bar-cafetería) y así regularizar su situación e incluso ampliar el aforo. El problema es que en Gràcia está prohibido conceder licencias de bar.

El Pla d'Usos de Gràcia determinó durante el mandato del regidor Ricard Martínez, de ERC, que no se podían conceder más licencias debido a la cantidad de bares que había y a las comprensibles quejas vecinales. El problema es que esta normativa no distingue entre bares y locales de música en vivo. Y bares en Gràcia hay muchos, pero locales de conciertos, ninguno más.

SALAS SIN LICENCIA

La Associació de Sales de Concerts de Catalunya (ASACC) consiguió en el 2014 introducir en la ley el concepto 'sala de conciertos', pero todavía no se ha aplicado. Atención al dato: en el 2016 no existe en Catalunya ni una sala de conciertos con licencia específica de sala de conciertos. Carmen Zapata, gerente de la asociación, suspira con poder colocar al menos una placa en la entrada de los locales asociados a la ASACC, con un sello del ayuntamiento y de la Generalitat, y que diga: "En este local se hace música en vivo". "Sería una medida disuasoria para aclarar a la Urbana que en ese local se hace una actividad regulada", apunta.

Lo que parece una derrota definitiva para el Heliogàbal debe ser entendido como una medida desesperada para resolver de una vez esta situación de incertidumbre y angustia debida a algo tan inofensivo como programar música en directo. Mientras el distrito y el ayuntamiento buscan el modo de resolver el 'caso Helio', otros locales de la ciudad temen ofrecerse para acoger los conciertos cancelados por miedo a recibir una inspección y multa de la Guardia Urbana. En la raíz del problema está, afirma Sala, "seguir considerando la música como un problema, una molestia". Pero la experiencia y el cambio de gobierno en el ayuntamiento hace que Sala se muestre moderadamente optimista: "Esta puede ser la última oportunidad que tengamos para resolver no solo el tema del Heliogàbal sino la situación de la música en vivo en Barcelona".

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