entrevista con El cantante y saxofonista nigeriano

Femi Kuti: "En Europa se entiende ahora más a África"

"Ahora hay un afrobeat que no es político. Pero yo sigo entendiéndolo igual que me lo enseñó mi padre", dice el cantante y saxofonista nigeriano

El cantante y saxofonista nigeriano Femi Kuti.

El cantante y saxofonista nigeriano Femi Kuti.

JORDI BIANCIOTTO / Barcelona

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Con discos como Shoki shoki (1998), Femi Kuti marcó territorio propio, algunos metros más allá de la sombra de su padre, el cantante y activista Fela Kuti, pionero del afrobeat fallecido en 1997. El cantante y saxofonista nigeriano muestra esta noche en la sala Barts (21.00 horas, dentro del Guitar Festival) su propuesta agitada y politizada, arropado con una banda de una docena de músicos.

-En nuevo disco, No place for my dream, pone el foco en los problemas sociales y políticos de África.

-Sí, la necesidad de paz, de una vida agradable, con alegría y felicidad, tanto para África como para todo el mundo. Es mi mensaje de siempre.

-¿Pero hay ahora más motivos para incidir en él?

-Sí, porque las cosas han ido a peor en los últimos veinte años. Ya no hablo de Nigeria, sino de todas partes. En otros tiempos podías hacer canciones sobre la pobreza en África, pero ahora las puedes hacer sobre la pobreza en América, en Europa, en España, en Francia... Aún así, hay que vivir en un equilibrio entre lo positivo y lo negativo; la esencia de la vida es ganar esa batalla.

-En The world is changing suelta frases como «la pobreza está ganando la partida».

-Por la extensión de esa pobreza en todo el mundo. Europa no estaba preparada para la crisis y la recesión que ha sufrido.

-¿Cree que los europeos son ahora más sensibles con los problemas endémicos de África?

-Creo que sí, que los europeos entienden ahora más a África. Antes los veían con más distancia. Solo, de vez en cuando, había aquellos toques de atención respecto a Somalia, o Etiopía, pero no entendían lo que significa vivir en la pobreza.

-Usted vive en Lagos, la gran urbe nigeriana.

-Una ciudad muy complicada, con mucho dinero y mucha pobreza, todo mezclado. Si viaja a Nigeria, su primera impresión será muy confusa, porque verá muchos ricos y también muchos pobres. En Nigeria hay mucho petróleo, demasiado, y no hay una buena sanidad, ni buenas escuelas. Tenemos una clase política extremadamente corrupta.

-El afrobeat surgió en los 70. Después de tanto tiempo, ¿sigue siendo la mejor herramienta para explicar la realidad y llegar al público?

-Creo que sí. Ahora hay un afrobeat que no es político, que es básicamente bailable y que gusta a la gente joven. Pero yo sigo entendiéndolo como me lo enseñó mi padre, preservando su mensaje genuino, su sustancia. Aunque no todas mis canciones son políticas: Beng beng beng, la más popular, no lo es.

-Con sus canciones, ¿aspira a convencer a sus compatriotas o a alertar al público internacional?

-Pienso globalmente. Nunca me ciño al público de Nigeria.

-¿Le gusta pensar que es portador de las esencias de Fela Kuti?

-Me gusta pensar que sigo mi propio camino.

-¿Cuál fue su primera motivación en la música, componer canciones o denunciar injusticias?

-Creo que comencé porque me di cuenta de que era bueno haciendo música. Mi padre fue desde el principio una gran figura, un referente que tenía delante, y tomé sus actitudes en el afrobeat. Mis raíces musicales vienen exclusivamente de él, de lo que tocaba y lo que escuchaba.

Jazz, blues, música africana...

-¿No era necesario investigar más si ya estaba su padre ahí?

-Mi vida diaria era sencilla, iba a la escuela, a veces no había electricidad... Así que la música de mi padre era todo lo que absorbía.

-Cuando dice que no le gusta escuchar lo que hacen otros músicos, ¿esa idea viene de aquel joven Femi Kuti impresionado con su padre?

-No, eso es debido a que me gusta crear cosas nuevas, distintas, y no sonar como lo que hacen otros músicos. He trabajado muy duro durante muchos años para que eso sea así. No me gusta que me digan «oh, eso tu padre lo hizo antes».