Esperando otra gran noche con el Boss

Muchos fans de Bruce Springsteen madrugaron para asegurarse un sitio preferente en el concierto en el inicio europeo de la gira 'The river' en el Camp Nou. Más de diez horas antes del inicio del espectáculo los primeros 1.200 con número pintado en su mano hacían cola felices. Ellos serían los primeros en entrar y ocupar el espacio más próximo al escenario.

El resto de fans iba organizando su propia cola a fin de asegurarse un sitio privilegiado. Entre ellos hay gente de todas partes, muchos venidos de Escocia y muchos catalanes. Aunque los que estaban más cerca del campo a primera hora obviando las medidas de seguridad que lo impidían eran dos daneses, Morten y Maj-Britt. "Ver a Springsteen en Barcelona es lo más. La última vez que le vi en el Estadio Olímpico fue el mejor concierto de mi vida", comenta Morten, que se estudia magisterio.

LA MAGIA DE BARCELONA

Llegó el miércoles y lo confirma enseñando el número 36 escrito en rotulador en su mano. Esta será su décimo sexto concierto del Boss. "Me encantaría que tocara 'Point Blank', nunca se la he escuchado en concierto". Maj-Britt en cambio desearía que interpretara 'New York city serenade'. "En Barcelona notas que Bruce tiene una conexión especial con la gente y se nota. En Dinamarca no pasa lo mismo. Las entradas se agotan igual de rápido pero en el concierto la gente se dedica más a beber que otra cosa". 

Cerca de ellos se ha instalado un grupo de muchachos de Amer (Girona) con menos experiencia en estos conciertos pero igual de apasionados por la música del rockero estadounidense. Miquel se enganchó al Boss tras descubrir 'Thunder road' y contagió a sus amigos. Juntos han montado una banda, Malestruch. "Por mí solo con que repita el mismo concierto del 2012 estaré contento. Fue alucinante", recuerda. Él y sus compañeros, como la mayoría de seguidores del Barça, vieron colmadas sus expectativas y pudieron celebrar la victoria de su equipo en el Camp Nou.

RESIGNADOS CON LA SEGURIDAD

Pocos parecían preocuparse por las medidas de seguridad, cada vez más restrictivas en cuanto a entrada de bolsas en el estadio. "Nos dejan pasar con lo indispensable. Una botella de agua de 50 cl sin tapón y un bocadillo. No sé si me obligarán a dejar la mochila", asumía otro fan. No queda otra que resignarse a las limitaciones impuestas por miedo a atentados.   

En la cola Roger presume de número. Tiene el 1200. "Es el último repartido por la organización", dice orgulloso. "He llegado a las 8.30, vengo de Matadepera", explica este incondicional del Boss. "Lo bueno de Springsteen es que siempre te sorprende", afirma. Él también es forofo del Barça. "Messi y Bruce son dos cracks, dos tipos únicos". No le ha costado escoger entre uno y otro: "A Messi lo puedo ver cada semana, al Boss no".