Extraviados en el desierto

Gérard Depardieu e Isabelle Huppert protagonizan la fallida 'El valle del amor'

Gérard Depardieu e Isabelle Huppert, ayer en Cannes tras la presentación de 'El valle del amor'.

Gérard Depardieu e Isabelle Huppert, ayer en Cannes tras la presentación de 'El valle del amor'.

NANDO SALVÀ / CANNES

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Quinta película francesa presentada este año en la competición de Cannes, 'El valle del amor' volvió a poner en tela de juicio el modo en que el certamen ha barrido este año para casa a pesar de llevar la firma de un director en alza, Guillaume Nicloux, y de estar protagonizada por dos pesos pesados del star system galo. Dos intérpretes que, por cierto, no habían aparecido juntos en pantalla en los últimos 35 años.

Gérard Dépardieu -en la piel de un personaje llamado Gérard- e Isabelle Huppert -en la de uno llamado Isabelle- dan vida a una pareja de actores divorciados que se reúnen en el californiano Valle de la Muerte según instrucciones detalladas en la nota de suicidio de su hijo. Nicloux les deja caminar por el agreste paisaje mientras se intercambian reproches y escupen generalidades sobre el dolor de la pérdida, sin preocuparse por profundizar en la relación entre ambos o las connotaciones sobrenaturales de su misión -en su carta, el hijo promete a los padres que se les aparecerá en el desierto- ni en hacer de la película que los rodea algo con un mínimo de interés.

Películas sobre enfermos terminales hay muchas, pero a los enfermeros que los ayudan en el tránsito al otro lado el cine suele retratarlos solo de soslayo. En todo caso, que uno de esos cuidadores ocupe el centro de 'Chronic', también presentada ayer a concurso, tiene su lógica: como ya demostró en su debut, la demoledora radiografía del acoso escolar 'Después de Lucía' (2012), el director mexicano Michel Franco posee una forma única e incomparablemente turbadora de contemplar asuntos espinosos.

Durante el 99 por ciento de su metraje, 'Chronic' lleva a cabo un análisis brutalmente honesto, sutil y complejo sobre las motivaciones y el coste emocional que rodean el trabajo de su protagonista, encarnado por un Tim Roth en absoluto estado de gracia. Lástima que en la escena final Franco decida arrojar al espectador un innecesario y marrullero golpe de efecto que echa por tierra los considerables logros previos del filme. El tipo de error que enmendará con la experiencia.

Un 'Principito' conmovedor

En 'El principito', presentada fuera de concurso, el director Mark Osborne ('Kung-Fu Panda', 2008) combina animación 'stop-motion' y dibujos generados por ordenador para llevar a cabo una sofisticadísima y conmovedora adaptación para la pantalla del librito homónimo del Barón de Saint-Exupéry.