CONCIERTO EN APOLO

Zoo, una inquieta periferia

El grupo valenciano, que funde electrónica, rap, ritmos tropicales y textos políticos, presenta su segundo disco, 'Raval'

Zoo, en una imagen promocional.

Zoo, en una imagen promocional. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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En el vídeo de ‘El cap per avall’ aparecen de negro, desfilando en una procesión funeraria, cantando a la “paella congelada” y las “platges de formigó” y enterrando metafóricamente una época, “todas esas historias negativas que iba arrastrando el País Valenciano”, explica Arnau Giménez, guitarrista de Zoo. Esta banda de fusión y activismo actúa este miércoles en Apolo (21.00 horas; abrirá Homes Llúdriga) con las entradas agotadas.

El título de esa canción alude al retrato de Felipe V colgado del revés en el museo de Almodí, en Xàtiva, recordatorio de su orden de incendiar la localidad en 1707. ‘El cap per avall’ forma parte del segundo disco del Zoo, ‘Raval’, en el que estos músicos dicen situarse “en la periferia de la periferia, considerando la ubicación del País Valenciano en los Países Catalanes y, a su vez, de este proyecto nacional periférico en relación al Estado español”, apunta Giménez.

ELECTRÓNICA Y TRÓPICO

También en términos musicales parecen situados fuera del carril central: bases electrónicas de batalla y rapeados en un valenciano de barrio, ingredientes rockeros en contacto con ritmos tropicales, metales ceremoniosos y un tres cubano que asoma en ‘Rituales de santería’. ¿Qué hace que una canción sea de Zoo? “Seguramente, la dificultad del oyente en definir su estilo”, concluye Panxo, su cantante y fundador, cuya vida cambió cuando descubrió a 7 Notas 7 Colores. Panxo se siente “no influido pero sí inspirado” por el cantador tradicional Pep Gimeno ‘Botifarra’ y reivindica la ruta del bakalao, aunque “sin idealizarla”.

Los metales dan a Zoo una solemnidad que conecta con una rica tradición valenciana. “Los dos músicos que los tocan están en bandas de calle y participan en fiestas de moros y cristianos”, explica Panxo, excomponente de una formación, Orxata Sound System, que hace ya una década comenzó a hacer experimentos con la electrónica y el ‘cant d’estil’. Arnau Giménez viene de La Gossa Sorda, institución del ska-punk. “Un grupo con un sonido muy definido. Deseaba hacer algo diferente”, revela.

CONTRA LA BURBUJA

Zoo denuncia en sus canciones “el proyecto económico del País Valenciano construido a partir de pilares chungos, como la burbuja inmobiliaria, el abandono del campo o el tratamiento folclórico de la cultura popular”, apunta Panxo. Y aboga por superar “los conflictos cainitas alrededor el catalanismo y el anticatalanismo”.

Comparten escenarios con una generación de grupos político-festivos, de Aspencat a La Raíz (cuyo cantante, Pablo, es hermano de Panxo), pasando por Auxili o El Diluvi, cada uno con su identidad, que sintonizan a su vez con un circuito catalán mestizo en alza en los últimos años. Ahí, Panxo espera que “la música valenciana no sea solo de resistencia, que incluya grupos de otros estilos”. Y ya toca, estima, “terminar con cosas como las ‘nits de música en valencià’: hay que mezclar para favorecer la normalización”.

En Catalunya, observan, son “incluso más fenómeno” que en su tierra. Podrán comprobarlo no solo en Apolo, sino también en la sala Stroika, de Manresa (donde actuarán el viernes) y en La Mirona, de Salt (sábado), camino de su debut, el 1 de julio, en Canet Rock.