LA GRAN CITA DEL POP CATALÁN

Josep Maria Mainat: "Canet Rock debe reflejar la música de aquí"

El festival incluirá este sábado un homenaje a las Sis Hores de Cançó, de cuya primera edición se cumplen 45 años, a cargo del excomponente de La Trinca

Josep Maria Mainat, con un cartel de las Sis Hores de Cançó de Canet de Mar (1976)

Josep Maria Mainat, con un cartel de las Sis Hores de Cançó de Canet de Mar (1976) / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Cuenta atrás del tercer Canet Rock de la era moderna: este sábado, el Pla d’en Sala de Canet de Mar acogerá más de 12 horas de música alrededor de nombres como Els Pets, Manel, La Gran Pegatina, Els Catarres, Sidonie , Sangtraït, Blaumut… Y Josep Maria Mainat, el ideólogo de esta gran cita del pop catalán. El excomponente de La Trinca, productor televisivo y autor del reciente libro ‘Ciència optimista’, se ha apuntado al cartel y saldrá a cantar en homenaje a las Sis Hores de Cançó, el festival del que surgió Canet Rock y de cuya primera edición se cumplen 45 años.

¿Y qué nos cantará? Pues una canción, larga, eso sí, de La Trinca. La gente la llama ‘La censura’, pero su título es ‘Homenatge’. Es un popurrí de parodias de canciones de Llach, Raimon, Pi de la Serra…, sobre cómo se lo montaban para burlar la censura, que era una putada pero nos incentivaba la imaginación.

¿Así lo cree? Sí, los censores se pensaron que en ‘La faixa’ hablabamos de corsés, y Pi de la Serra cantaba ‘Verda’ para no decir ‘merda’. Si se fija, en la versión discográfica de ‘La gallineta’, Llach no canta “visca la revolució”, sinó “visca la revulsió”.

Las Sis Hores nacieron en 1971 y fueron el preludio de Canet Rock. Un invento de su hermano Joan Ramon. Suya fue la idea, y la energía, y los contactos. El primer año esperaban a 500 personas y vinieron 3.000. Fue brutal. El segundo ya duró seis horas, y el tercero fue el primero que se tituló Sis Hores de Cançó. ¡Y duró 10! Ya en el Pla de’n Sala llegaron a juntarse 60.000 personas.

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¿Qué actuaciones tiene más presentes? La de Raimon, justo tras la muerte de Franco. Colgamos una bandera catalana de 50 metros de una grúa de la construcción. Y Rafael Subirachs, cantando por primera vez tras la dictadura ‘Els segadors’, en la versión tradicional (‘Catalunya, comtat gran’). Piel de gallina.

Al principio el régimen les había dejado hacer. Y luego prohibir Canet les costaba y decidieron poner trabas. Un año nos pidieron un permiso del Ministerio de Marina. ¡Como era Canet de Mar...! En 1976, la Marxa de la Llibertat pasó por Canet y llegaron 400 guardias civiles con unos focos tipo campo de concentración. Por si se va la luz, dijeron. Y a la una de la madrugada, pam, se fue la luz. Un atentado a un transformador. La gente, muy excitada, y buena parte del recinto a oscuras durante una hora. Siempre pregunto a los que nacieron nueve meses después si sus padres estuvieron en Canet esa noche, en esa hora de oscuridad.

Luego tuvieron la satisfacción de que aquel mundo se hundió. Y el festival se hizo más festivo, con Al Tall, Pere Tàpias, nosotros mismos… Y dejó de celebrarse mientras Canet Rock seguía, aunque la última edición no funcionó porque había perdido el espíritu.

El Canet Rock de 1978, con Blondie, Ultravox, Nico y Daevid Allen. ¡Mítico! Mítico para los aficionados al rock, pero Canet era y debe ser un escaparate que refleje la música que se hace aquí, en los Países Catalanes.

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Y no desean orientar los gustos del público, sino reflejarlos. Por descontado. En el Canet Rock actual la gente corea de la primera a la última canción. Son 12 horas así. Es algo que no pasa en casi ninguna parte.

Aunque rock no hay demasiado. En el Canet Rock de los 70 tampoco lo había. Le llamábamos así porque rock equivalía a música actual. Si mira los carteles, actuaban la Orquestra Plateria, la Mirasol… Música layetana, mediterránea, que no tenía nada que ver con el rock’n’roll. Y Els Pavesos, y el flamenco de Lole y Manuel.

El año pasado ya cantó en Canet. ¿Cómo se sintió? Muy cómodo. Cuando canto siempre miro a la gente y sé cuándo se divierten, cuándo se aburren… Y vi gente joven con una sonrisa, incluso cantando las canciones.

Y Canet Rock seguirá. Yo creo que sí. Este año vendrán 20.000 personas, o algo más, una cifra que es espectacular. Aunque quisiéramos, no se pueden meter muchas más.

Este Canet Rock tiene también que ver, como el de los 70, con cierta ebullición colectiva, de país. ¿Sigue observándola en esta tercera edición? Sí, quizá incluso un poco más.

¿Ayuda la victoria del PP? Supongo que sí, porque esa victoria ha sido allá, no aquí, lo cual da más rabia, porque los españoles nos dicen quién debe gobernarnos cuando aquí el PP es una fuerza residual. El tema sigue por resolver y la gente sigue ahí. Que estamos en un camino que debe llevar no digo a la independencia pero sí a saber si los catalanes queremos ser independientes, eso seguro. Hay que preguntarlo.