La Habitación Roja, método de supervivencia

La Habitación Roja se las ha apañado para sobrevivir al entorno ‘indie’ de los 90 y disfrutar de una cómoda posición en el moderno paradigma festivalero. Su pop de nítidos contornos melódicos y fondo sentimental se ha venido arriba en sus últimos discos, como el más reciente, ‘Sagrado corazón’, publicado el pasado abril y que la banda valenciana presenta este viernes en Bikini (21.30 horas).

No se consideran “un grupo de éxito”, sino que dicen encontrarse en “un punto medio que da bastante libertad”, señala su guitarrista, Pau Roca. Vienen de un feliz ciclo de discos, pero deben convivir con unos hábitos de consumo musical con los que mantienen reservas. “Obsesionarte con los ‘likes’ en las redes sociales y el número de escuchas de cada canción es nocivo para una banda”, estima el cantante, Jorge Martí, que observa con ánimo crítico “que a la semana de sacar un disco la compañía ya esté sacando conclusiones a partir de las redes”.

En el Top 10 de sus canciones más escuchadas siguen situándose títulos como ‘Ayer’ o ‘Voy a hacerte recordar’, de trabajos anteriores. “Y seguirán siéndolo porque la gente las ve arriba en las listas y las escuchará antes que las nuevas, creando un tapón”, observa Roca. Luego, un disco puede tener 12 o 14 canciones, “pero, actualmente, a partir de la séptima, las demás ya es como si no existieran”, lamenta el guitarrista. “Al final es como una dictadura: es malo para la música nueva y para los grupos que empiezan”.

UNA NUEVA PERSPECTIVA

Aunque ‘Sagrado corazón’ tiene apenas diez meses de vida, la banda lo ve ya con cierta distancia y planea grabar su relevo a finales de año. “A lo mejor publicamos demasiado material para el mercado actual, pero un disco cada dos años es lo mínimo para un grupo de pop. Los Beatles sacaban dos en un año”, argumenta Roca. Después de dos trabajos con el productor Steve Albini y tres con Santi García, incuban otro cambio para “buscar una nueva perspectiva”.

Se diría que en ‘Sagrado corazón’ la emotividad está aún más a flor de piel de lo habitual. Con los años, ¿en lugar de curtirse y hacerse insensibles, se están haciendo más tiernos? “Este disco lo es bastante, sí”, concede Martí. “O es que tenemos menos vergüenza. Siempre hemos sido los más moñas del lugar, pero antes ciertos ‘baladones’ no los habríamos hecho”, ironiza Roca. Reivindican el fondo melódico de grupos como Teenage Fanclub y las letras sobre sentimientos. “Siempre he procurado no pervertir las sensaciones que te hacen escribir una canción”, destaca Martí, que apela a su circunstancia vital para explicar su tendencia a la melancolía: lleva una década viviendo en Noruega, en la pequeña localidad costera de Molde, “un sitio de clima extremo donde es fácil echar de menos a tus amigos”.

ORÍGENES HEROICOS

Con todo, comparados con otras bandas actuales, dicen no sentirse tan blandos ni tan accesibles. “Antes, cuando compartíamos festivales como Manta Ray o Amphetamine Discharge, éramos los ‘poppies’, pero ahora vemos grupos que hasta tiran confeti en el escenario y a su lado somos casi Metallica”, estima Martí. Recordemos que La Habitación Roja comenzó en 1995 en el pequeño sello zaragozano Grabaciones en el Mar, junto a grupos como El Niño Gusano y The Tea Servants. “Tiempos heroicos”, suspiran. “Ahora hay ese rollo de criticar el ‘indie’ de los 90 cuando nosotros solo éramos cuatro pringados con mucha precariedad y mucha ilusión”, comenta Roca.

Tras haberlo visto todo, o casi, en el mundillo pop, dicen que este es “el momento de hacer un disco clásico, al margen de lo que rodea al grupo, de volver al oficio, a la artesanía de las canciones”, desvela Martí. “Quiero que mi música, como decía Morrissey, explique algo de nuestras vidas”.