NOVELA NEGRA

Crimen en un pueblo acogedor

Louise Penny dosifica la violencia y se centra en los dramas personales

La calle de Petit-Champlain, en Québec

La calle de Petit-Champlain, en Québec / AP / JACQUES BOISSINOT

RAMON VENTURA

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Desde que en los 90 entró con fuerza el subgénero forense, escrito en buena medida por mujeres (Patricia Cornwell en 1992 destacó con 'La hota de corazones', su mejor novela, y en 1997 Kathy Reichs -la madre de 'Bones'- nos maravilló con 'Testigos del silencio') fue evidente: se quedaría para siempre, diseccionando a destajo. Pero el 'thriller' se reinventa cíclicamente, y tras unos años de autopsias en primer plano, otras novelas negras de estilo más reposado han dado la alternativa a aquellas evisceraciones. Una alternativa a un relato sanguinolento y básicamente urbano, violento y fascinado por el psicópata. Hace una década la escritora canadiense Louise Penny (Toronto, 1958) creó el primer tomo de los casos de Armand Gamache, inspector jefe de la Sûreté du Québec, de los que hoy presentamos 'Enterrad a los muertos'.

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A lo largo de 11 novelas el argumento se desarrollará en pueblo pequeño -cuando no en pleno bosque- mientras la trama se irá tejiendo y elevando sobre cinco pilares: poca parafernalia medica o 'CSI', niveles bajos de sexo y crueldad y moderados de violencia (y nunca explícita), un ambiente inmune a las complejidades procesales pero altamente receptivo al drama de las personas, una exposición de buen crimen donde prima la construcción del relato y la psicología de los personajes y -finalmente- la certeza de que nadie es inmune al delito, pues el crimen corroe los vínculos de la amistad y la familia, al tiempo que activa la fortaleza de los mejores sentimientos.

EL CANADÁ FRANCÓFONO

La serie posee alamares y caireles, coincide con el 'thriller' clásico en la motivación del crimen (odio, vergüenza, rabia, deseo, codicia, angustia y remordimientos, solos o combinados) y la autora tanto repudia la injusticia como valora la cultura, y así engalana sus libros con magníficas exposiciones de episodios históricos, debates políticos y esbozos de pintura y gastronomía. Penny toma de su entorno natural y cultural escenarios y entidades destacadas y recrea el bagaje del Canadá francófono en cada libro: en 'Enterrad a los muertos' el crimen tiene un nuevo decorado, la Literary & Historical Society of Quebec.

Y como si tomase el nombre del ficticio Three Pines (una villa afable, perdida entre los bosques y en cierta medida heredera de otros pueblos del misterio, como el sentimental Cabot Cove de 'Se ha escrito un crimen' o el asfixiante Twin Peaks recreado por David Lynch en la serie) son tres los argumentos que se entrecruzan en hábiles combinaciones, tramado preciso y gran resolución alternando hechos y reflexiones en un complejo bordado: el secuestro de uno de los compañeros de Gamache, el asesinato de un arqueólogo en el sótano de una antigua entidad histórica y la revisión del crimen que concluía el caso anterior, titulado 'Una revelación brutal'. Esta última trama tomará un giro inesperado y nos obliga a destacar que el libro de hoy es la resolución argumental de esta obra previa, en un episodio clásico de novelas encadenadas. Eso sí, con toques de inocencia, con esa ternura lírica propia de los cuentos de Cornell Woolrich.

Si ya han leído 'Una revelación brutal' es imprescindible atacar 'Enterrad a los muertos'. Si no han disfrutado de ninguno, ¿a que esperan?