Destino: la Luna

«El fracaso no es una opción». Es una de las frases estrella que utilizan los personajes de la recién estrenada Atrapa la bandera para reafirmarse a la hora de intentar conseguir su objetivo, alcanzar su sueño: llegar a la Luna. Y este también parece haber sido el lema que se ha marcado a fuego Enrique Gato a la hora de configurar su nueva película tras el arrollador éxito de su anterior trabajo, Las aventuras de Tadeo Jones, que consiguió erigirse como un auténtico hito en la historia del cine español al convertirse en la primera película de animación que triunfó verdaderamente en taquilla. Logró permanecer durante cuatro semanas en el número uno, llegando a alcanzar la cifra de recaudación de casi 18 millones de euros.

Pero Las aventuras de Tadeo Jones era solo el primer peldaño para escalar hacia un objetivo todavía mayor. Algo así como un ensayo para poder demostrar la confianza que el sector de la animación ha ido consiguiendo en los últimos, afianzando una industria interna que hasta hace muy poco era inexistente y que está consiguiendo asentarse a base de ingenio, inteligencia y, sobre todo, gracias a dejar a un lado los complejos de inferioridad adquiridos en relación a los grandes gigantes animados que llegan desde los estudios de Hollywood.

En realidad, «el fracaso no es un opción» se parece mucho a otra frase célebre acuñada por el personaje de Buzz Lightyear en aquella joya fundacional que fue Toy story, «hasta el infinito y más allá». Contiene toda la fuerza del espíritu de superación, un poco de ingenuidad candorosa, pero al mismo tiempo valentía y coraje a la hora de enfrentarse a las adversidades. Un significado simbólico que sin duda vertebra Atrapa la bandera de principio a fin.

El proyecto comenzó a gestarse hace cuatro años, cuando Gato y su equipo aún desarrollaban Las aventuras de Tadeo Jones, y surgió del interés del guionista Jordi Gasull por la NASA y las misiones espaciales, tema que ya había tratado en el documental de Manuel Huerga sobre el astronauta Michael E. López-Alegría Son & Moon (2006).

Cine familiar y aventuras

Sin embargo, el director necesitaba un concepto sobre el que articular la historia, que veía demasiado vinculada al elemento realista. Hasta que saltó la idea de hacerla girar en torno a la bandera que Neil Armstrong plantó en la Luna en 1969 y de cómo un niño intentaba luchar para que permaneciera allí como símbolo de la humanidad. A partir de ese momento tuvieron las cosas claras y comenzaron a perfilar una historia que mezclaría elementos del cine familiar y de aventuras con la carrera espacial y la ciencia ficción.

La acción se sitúa en los escenarios icónicos donde se lanzó el Apolo XI. Allí vive el pequeño Mike, el último descendiente de toda una saga de astronautas que han trabajado en la NASA y cuyas vidas han girado en torno a la aspiración de la conquista espacial. Su abuelo y su padre se distanciaron muchos años atrás cuando el primero perdió la oportunidad de viajar en una misión y terminó encerrándose en sí mismo. Ahora los tres tienen una nueva oportunidad de resarcirse de los problemas del pasado, regresar a la Luna y volver a ser una familia unida y feliz.

Atrapa la bandera, cuya distribución internacional correrá a cargo de Paramount, supone un salto de gigante con respecto a lo que supuso Las aventuras de Tadeo Jones, que se mostraba mucho más primitiva y rudimentaria a pesar de sus hallazgos visuales. Gracias a esta nueva apuesta, por fin se juega en la primera liga de la animación mundial. Se nota en su precisión técnica, en el diseño pulido de sus personajes, en un guion más desarrollado y complejo a nivel emocional y en la configuración de set pièces de acción que demuestran una perfecta ejecución.

Pixar como referencias

Enrique Gato y los miembros de su equipo dentro del estudio Lightbox (que él mismo se encargó de poner en marcha), tienen las ideas muy claras de cómo ir escalando puestos en el mundo de la animación. Su referencia primordial es Pixar, y su capacidad para conjugar emoción y entretenimiento. Saben que es un binomio triunfador para acercarse al público, que por fin parece haberse rendido a sus pies dentro de un sector tan exigente y competitivo y en perpetuo estado de evolución y efervescencia.