CRÓNICA DE MÚSICA

Divertimento sin relieve con Cecilia Bartoli

La diva romana pasea su carisma por el Palau con un repertorio de piezas barrocas y canciones populares napolitanas

Cecilia Bartoli, en el Palau de la Música.

Cecilia Bartoli, en el Palau de la Música. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Todos los divos de la lírica caen alguna vez en la tentación de alejarse de sus repertorios más habituales para recrear los temas que la tradición ha popularizado. Cecilia Bartoli no ha podido resistir esta tentación y la ha vendido con el título de ‘Un viaje por 400 años de la música italiana’. Acostumbrados a sus memorables descubrimientos de música arrinconada en las bibliotecas, como es el caso del impresionante ‘Sacrificium’ que recuperaba el legado de los ‘castrati’, la verdad es que el recital del lunes en el Palau de la Música supo a poco, a pesar de la buena acogida de un público entregado a su carisma, entre el que se encontraba el tenor Javier Camarena y la cantante Diana Navarro.

La artista se presentaba esta vez sin el lujoso acompañamiento de las formaciones que han respaldado sus anteriores producciones. El intimismo del recital con piano exige una compenetración absoluta entre los dos intérpretes, pero la enfermedad de Sergio Ciomei obligó a buscar una solución de urgencia, y esta no fue otra que la de recurrir al compositor Antoni Parera Fons, persona de confianza de la diva, que defendió con decoro su improvisado rol pero cuya participación obligó a alterar el programa.

GIROS VOCALES

El cambio hizo que cayeran esperadas piezas operísticas de Vivaldi (‘Gelosia…’, de ‘Ottone in villa’), de Porpora (la pirotécnica ‘Nobil onda’ de ‘Adelaide’) y Mozart (‘Parto ma tu ben mio’ de ‘La clemenza di Tito’) y una pieza de Rossini. Estas obras fueron sustituidas por canciones expuestas, en general, con expresividad y gracia en las que mostró su maravilloso fiato. El recital arrancó con pequeñas muestras barrocas del siglo XVII de Caccini, Scarlatti y Caldara, rematadas con una luminosa recreación de la célebre aria ‘Lascia la spina’ de la ópera ‘Il triomfo del tempo…’ de Händel. Canciones de Bellini, Donizetti, Barberis y las ovacionadas, por sus giros vocales, ‘Canzonetta spagnola’ y ‘La danza’, ambas de Rossini,  completaron la primera parte, en la de Parera Fons interpretó al piano ‘Piccolo tango’ de Puccini y su obra ‘T’estim i t’estimarè’.

La continuación empezó con un bloque de cuatro canciones de Puccini, y  la popular aria  ‘O mio babbino caro’, de ‘Gianni Schichi’. Aquí se acabó la ópera. Bartoli entró en tromba en las napolitanas. Desfilaron, pasadas por el tamiz de su bravo temperamento, tres canciones del imprescindible Tosti, dos de E. A. Mario y otras de Donaudy, De Curtis y Gambardella para terminar enfrentándose, en una versión muy particular, al aclamado ‘Volare’ de Domenico Modugno. Casi sin transición interpretó cuatro propinas. Las ’seguidillas’ de ‘Carmen’, y las explosivas ‘O sole mio’, ‘Mamma’ y ‘Non ti scordar di me’ sirvieron para rematar este divertimento sin relieve considerando lo mucho que siempre se espera de la diva.