Minkowski ilumina la magia de 'El cascanueces'

El director y Les Musiciens du Louvre interpretan en el Palau la música del ballet compuesta por Chaikovski

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CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Un concierto tan entretenido como mágico por la atmósfera de cuento que traslada. Marc Minkowski (París, 1962), inauguraba el miércoles en el Palau una gira con la poco habitual interpretación de la versión íntegra de la maravillosa música del ballet 'El cascanueces' de Chaikovski, cuando lo normal es que se interprete en los auditorios la 'suite' con una selección de ocho números preparada por el autor. Al frente del grueso de Les Musiciens du Louvre, formación con instrumentos de época creada por él en 1982, la propuesta complació a un público que no dudó en mostrar su entusiasmo al final y en algunos pasajes de la velada.

BUEN RESULTADO

Los escépticos, que identifican al maestro por su dominio del repertorio barroco a pesar de tener una acreditada trayectoria en otros campos de la clásica y en la ópera, tuvieron que admitir el buen resultado de esta iniciativa. Hubo algún desajuste propio de los inicios de cualquier proyecto como el de este tour, pero más derivado de la dificultad de combinar los diferentes timbres que se utilizan dentro de la gran variedad instrumental de la orquesta que por la calidad de sus componentes. Sobresalió una bien empastada cuerda y el extraordinario rendimiento, tanto de los solistas como del conjunto, de las otras secciones, además de una imaginativa percusión.

La música tiene en esta obra tanta fuerza  expresiva como el propio baile y ello propició que los espectadores viajaran, con tan solo atender a las especiales sonoridades del universo de cuento, al imaginario de las coreografías pensadas para Marius Petipa pero de las que se acabó haciendo cargo su asistente Lev Ivanov que suplió al enfermo artista. Chaikovski muestra en el último de sus tres clásicos de ballet, después de 'El lago de los cisnes' y 'La bella durmiente' su capacidad para mezclar ritmos y músicas populares con su personal arte para la melodía.

INSPIRADA INTERPRETACIÓN

La orquesta francesa, bien respaldada por el Cor de Noies del Orfeó Català en el pasaje final de la primera parte, exhibió inspiración para dar respuesta a este mundo onírico. Desde el inicio, que recrea la noche de Navidad, la descriptiva partitura se desliza hacia el momento del regalo del cascanueces a Clara y las incidencias que vive hasta llegar al sueño fantástico en el que los juguetes toman forma humana y el muñeco recibido se convierte en un príncipe.

El viaje proseguirá hasta el Reino de los Dulces. Este trayecto estuvo iluminado por la fuerza de las melodías, popularizadas por el cine y la TV, entre ellas el 'Vals de les flores' y el de los copos de nieve. El exotismo de las danza española y de la famosa rusa 'Trépak', así como el momento del paso a dos con el baile del príncipe y el hada de azúcar son otros momentos que cautivaron a la audiencia. Dos bises, entre ellos una vibrante versión de 'L’Arlesienne' de Bizet, cerraron la velada.