UNA PELÍCULA CLAVE EN LA HISTORIA DEL CINE

'Ciudadano Kane' cumple 75 años

«¡Es fantástica!», aseguraba el eslogan impreso en el póster original de 'Ciudadano Kane', y se quedaba corto. Durante décadas, mientras a su alrededor todo cambiaba -los programas dobles desaparecían, las clásicas bolsas de palomitas eran sustituidas por cubos gigantes-, la película de Orson Welles ha permanecido considerada como la mejor de la Historia. Pero, ¿cuál es su relevancia hoy, cuando se cumplen 75 años de su estreno?

'Ciudadano Kane' cumple 75 años

'Ciudadano Kane' cumple 75 años

NANDO SALVÀ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Durante años pareció no haber dudas al respecto: 'Ciudadano Kane', primera película escrita, dirigida y protagonizada por Orson Welles, era la mejor de la Historia del cine. Sin embargo, los gustos de la cinefilia han empezado a mirar hacia otro lado. En 2012, por primera vez en medio siglo, fue desbancada por 'Vértigo' (1958), de Alfred Hitchcock, del primer puesto en el venerado ránking que cada década elabora la revista británica 'Sight & Sound'. ¿Significa eso que 75 años después de su estreno -hoy se cumple el aniversario-, ya no es tan innovadora, entretenida, provocadora, divertida, trágica y fascinante como solía ser?

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Esteve Riambau","position":"director de la filmoteca de catalunya","text":"\u00ab\u2018Ciudadano Kane\u2019 es al cine lo que el \u2018Quijote\u2019 a la literatura y los cuadros de Rubens a la pintura\u00bb"}}

«Es una muy buena película, pero considerarlala mejores una exageración muy convencional», sostiene el crítico Miguel Marías, que asegura preferir otras muchas obras de Welles como 'El cuarto mandamiento' (1942), 'La dama de Shanghái' (1947), 'Sed de mal' (1958) y 'Campanadas a medianoche' (1965). En la misma línea opina su colega Carlos Losilla: «Se ha sobredimensionado su importancia; es una exhibición de poderío que por momentos resulta algo artificial».En cambio, para Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Catalunya y el gran estudioso en nuestro país de la figura de Welles, 'Ciudadano Kane' es al cine «lo que el 'Quijote' a la literatura y lo que los cuadros de Rubens a la pintura». Entre otros motivos, añade, por «el punto de inflexión que supuso para la evolución del lenguaje fílmico».

UN CURSO DE CINE

En efecto, 'Ciudadano Kane' es un curso de cine de 114 minutos que ofrece una lección tras otra de herramientas como la profundidad de campo, los planos secuencia, los ángulos extremos y los diálogos solapados, que en realidad no eran nuevas pero que tras los años del cine mudo habían caído en desuso. Hasta su estreno la mayoría de las películas de Hollywood parecían ignorar que, por ejemplo, la cámara podía moverse, y que la cinematografía y el montaje son herramientas cruciales para la creación de tonos y atmósferas. Es decir, 'Ciudadano Kane' sentó las bases de cómo se hacen las películas.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Carlos Losilla","position":"CR\u00cdTICO E HISTORIADOR DEL CINE","text":"\u00abOrson Welles decidi\u00f3\u00a0 que las pel\u00edculas de Hollywood tambi\u00e9n deb\u00edan ser arte\u00bb"}}

«Su mayor relevancia, por encima de todo lo demás, está en el tratamiento del sonido», considera Javier Rebollo, cineasta  -ha dirigido 'La mujer sin piano' (2008) y 'El muerto y ser feliz' (2012), entre otras- y sobre todo cinéfilo. «Welles decía que lo que se oye determina la colocación de la cámara, y no al revés». Cierto que las técnicas manejadas por 'Ciudadano Kane' se habían convertido 10 años después en algo común pero, matiza Riambau, eso no permite poner en cuestión sus méritos. «Hacerlo equivaldría a ningunear a Alexander Fleming porque la penicilina fue superada por otros antibióticos».

CINE NEGRO

Asimismo, sería injusto reducir la película a la condición de mero catálogo técnico. Para Marías, su verdadero mérito es otro: «Junto con 'El halcón maltés' (1941) plantó la semilla del llamado Cine Negro». Lo hizo, recordemos, reconstruyendo la historia ficticia de Charles Foster Kane, un magnate de la prensa -a la vez genio, tirano y alma perdida- que acabó aislado de incluso de aquellos que le querían y murió solo en su castillo. Sin embargo, Kane no es un 'biopic' al uso sino más bien un rompecabezas compuesto de varios narradores y múltiples perspectivas. También múltiples géneros, del falso documental al melodrama y de la comedia periodística al drama político pasando por el experimento surrealista, todos ellos unidos por la intriga alrededor de un misterio: el significado de 'Rosebud', la última palabra que Kane pronuncia antes de morir.

ARROGANCIA

La razón de tanta exuberancia probablemente tenga que ver con la arrogancia que la juventud y la inexperiencia otorgan. A los 22 años, Welles ya había dirigido en Broadway tres obras shakespearianas revolucionarias por sus innovaciones en el léxico teatral. A los 23, escribió y protagonizó en Londres la adaptación radiofónica de 'La guerra de los mundos' (1939), cuyo realismo sembró el pánico entre una población convencida de que los alienígenas habían invadido la Tierra. Ese mismo espíritu transgresor explica su irrupción en el cine. «Welles decidió que las películas de Hollywood también debían ser arte», explica Losilla. «Y esa decisión está relacionada con el advenimiento de la modernidad».

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Miguel Mar\u00edas","position":"ECONOMISTA Y CR\u00cdTICO DE CINE","text":"\u00abEs una muy buena pel\u00edcula, pero considerarla\u00a0la mejor es una exageraci\u00f3n muy convencional\u00bb"}}

La productora RKO le dio carta blanca para que hiciera la película que quería a pesar de que no era más que un mocoso de 25 años y de que nunca antes se había puesto tras una cámara. A cambio, Welles se confirmó como lo que Rebollo considera «un genio en el sentido clínico, como Mozart o Einstein. El problema es que, en la genialidad, uno acaba convirtiéndose en su propio enemigo».

'ROSEBUD', UN APODO

Además de sí mismo, Welles tuvo otra némesis: William Randolph Hearst, que era el editor de periódicos más importante de la época y fue el verdadero modelo que inspiró a Kane -dicen las malas lenguas que 'Rosebud' es el apodo que Hearst le puso a la vagina de su amante-. El millonario dedicó todo su poder a sabotear la película, y en buena medida lo logró. Primero intentó en vano que la RKO quemara el negativo y todas las copias, y después forzó que su estreno se viera arrinconado en salas de cine minoritarias e independientes. Fue un fracaso comercial del que Welles nunca se repondría:al menos mientras permaneció dentro de la industria, no volvió a gozar de libertad artística. «Empecé siendo una estrella, y desde entonces no he hecho más que ir hacia abajo», reconoció el mismo. «La mejor obra de Welles es el propio Welles, el personaje de perdedor que se creó en Hollywood», apunta Losilla. «Desde esa primera película dejó claro que quería ser el Kane del cine, el poderoso que lo pierde todo».

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Javier Rebollo","position":"DIRECTOR DE CINE","text":"\u00abEl problema es que, en la genialidad, uno acaba convirti\u00e9ndose en su\u00a0 propio enemigo\u00bb"}}

Fue a principios de los 60 que la importancia de Welles fue redescubierta, primero desde Francia gracias a los directores de la 'Nouvelle Vague', y después con la llegada a Hollywood de la primera generación de directores salidos de las escuelas de cine. En todo caso, él nunca dejó de agrandar su estela de autor maldito, en parte gracias a todas las películas que nunca llegó a completar y que siguen sin ver la luz. Según Rebollo, «siempre fue preso de su talento y su imaginación. Si se metió en mil proyectos y los dejó casi todos inacabados es, quizá, porque tenía miedo a acabar».Sea 'Ciudadano Kane' o no la mejor película de la Historia, ese posible miedo de algún modo ha convertido a Welles en un creador eternamente listo para ser redescubierto, en un cineasta del futuro.