interferencias

Un cineasta de la violencia

QUIM CASAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Arthur Penn formó parte de la generación de cineastas que pasaron al cine a finales de los 50 procedentes de la televisión. Pero su obra se apartó rápidamente del estilo que caracterizaría a Martin Ritt o Sidney Lumet, otros integrantes de aquella buena hornada de directores. Solo su segundo largometraje, El milagro de Ana Sullivan, dejó entrever su formación televisiva.

El estilo de Penn se afianzó en los géneros clásicos, fuera el wéstern (El zurdo, Pequeño gran hombre, Missouri) o el policiaco (Bonnie y Clyde, La noche se mueve), pero aportando siempre una personal mirada muy acorde con el cine progresista de los 60 y 70. Sus películas del Oeste remodelaron los mitos clásicos, caso de su visión de Billy el niño en El zurdo, o se postularon en contra de la historia escrita, como demostró Pequeño gran hombre, convertido también en metáfora de la guerra de Vietnam.

Cineasta culto y liberal, mostró su admiración por los nuevos cines europeos cuando realizó Acosado en 1965. Bonnie and Clyde y La jauria humana reflexionaron sobre la violencia desde distintas perspectivas, siendo sus películas que mejor han resistido el paso del tiempo, aunque sea una de las menos conocidas, el thriller desencantado La noche se mueve, su definitiva obra maestra.