NUEVO TRABAJO DEL CANADIENSE BRYAN LEE O'MALLEY

El padre de Scott Pilgrim regresa con 'Seconds'

El autor de cómics superventas se mete ahora en la piel de una joven chef

El autor de cómics canadiense Bryan Lee O'Malley, hace unos días, en Barcelona. En la silueta, Katie, el personaje de su nuevo libro.

El autor de cómics canadiense Bryan Lee O'Malley, hace unos días, en Barcelona. En la silueta, Katie, el personaje de su nuevo libro.

ANNA ABELLA / BARCELONA

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En su nuevo cómic, Seconds (Debolsillo), el canadiense Bryan Lee O'Malley (1979) embarca a su protagonista, Katie (una chef de 28 años), en una especie de día de la marmota, que logra, gracias a la magia de unas setas, enmendar (o mejor dicho, empeorar) sus errores y cambiar continuamente los hechos consumados. Pero el dibujante no parece que haya necesitado cruzar la puerta hacia uno de esos universos paralelos que confiesa que tanto le fascinan, pues aunque admite que a medida que se ha ido haciendo mayor ha pensado a menudo «si podría haber hecho las cosas de otra manera» y cómo habría sido su vida si hubiera tomado otras decisiones, está claro que hay cosas que no cambiaría: el éxito logrado en el 2010 con su serie Scott Pilgrim. Con ella descubrió una fórmula de comedia romántica con estilo manga, en la que los problemas, inquietudes y amoríos del joven protagonista y de sus amigos cautivó mayoritariamente a lectores de entre 16 y 25 años, vendiendo 1.600.000 ejemplares, 100.000 de ellos en España, y llevándola luego al cine.

«En Seconds hice un esfuerzo por hacer una obra más seria, quería que fuera como una novela», cuenta Lee O'Malley, que recala en Barcelona tras ir a la feria de cómic de Lucca (Italia). Como él, sus lectores y sus personajes han crecido (ya llegan a los 30). En sus obras siempre habrá, dice, personajes de su edad -«porque necesito entenderme a mí mismo»- y algo de fantasía -«porque me aburren las historias normales y esos elementos mágicos me ayudan a ver el mundo desde una óptica distinta y a alejarme de mi tendencia al cinismo».

Si en Scott Pilgrim el protagonista era un chico, ahora O'Malley se ha puesto en la piel de una emprendedora e independiente mujer, pues confiesa que, aunque no las entiende, le encanta escribir sobre mujeres para intentarlo. «Quería contar la historia de alguien que tiene responsabilidades y gente a su cargo. Para mí es un tema recurrente desde que mis libros tuvieron éxito, porque tengo lectores jóvenes, que son un poco como mis hijos y debo ocuparme de ellos».

Sin embargo, el talón de Aquiles de Katie está en el terreno amoroso. «Para mí también lo es. En realidad, escribo sobre el amor. Seconds habla de hasta qué punto es difícil encontrar un equilibrio entre el amor, la carrera profesional, las relaciones sociales y la familia, porque la vida, en definitiva, es eso. Y a Katie, cuando intenta resolver el tema amoroso, se le desmorona la carrera u otra parcela de su vida».

ESTÉTICA MANGA / Fan de la obra del japonés Osamu Tezuka, como en Scott Pilgrim, O'Malley mantiene en Seconds la estética de los rostros de ojos grandes típica del cómic nipón. «El manga es mi huella de identidad. Me gusta la idea de contar una historia más adulta pero con ese toque artístico más infantil del anime». Lo que sí ha hecho es abandonar el blanco y negro. «La portada la visualizé en seguida en rojo y el dibujo lo pensé en blanco, negro y rojo. Pero trabajaba en una versión en color de Scott Pilgrim y vi que funcionaba, así que lo apliqué a Seconds», explica orgulloso este canadiense que con Seth, vio por primera vez su barrio de Toronto retratado en viñetas y descubrió «cómo la realidad se puede introducir en el mundo del cómic». Aunque él opte por aderezarlo de fantasía.