Inauguración de la temporada palau 100

Barenboim vuelve al Palau

El director dirige este martes a la Staatskapelle de Berlín, al Orfeó Català y al Cor de Cambra

Daniel Barenboim, en el Palau de la Música Catalana.

Daniel Barenboim, en el Palau de la Música Catalana. / FERRAN SENDRA

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Aunque estuvo aquí hace ya un año, el regreso de Daniel Barenboim y la Staatskapelle de Berlín es siempre un acontecimiento. Tras ofrecer este lunes su primer concierto en la apertura de Palau 100 con preludios de Parsifal y Los maestros cantores de Nuremberg, de Wagner, y la Sinfonía número 1, de Elgar, este martes el maestro ofrece un programa diferente con el Orfeó Català y el Cor de Cambra del Palau. El músico, director vitalicio de la célebre formación germana, con la que lleva casi 25 años y con la que respira al unísono, ofrecerá Cuatro piezas sacras, de Verdi, en un programa dedicado al compositor italiano con una primera parte de preludios y oberturas de sus óperas.

Cantar con una de las mejores formaciones del planeta dirigidos por una leyenda de la música supone un gran reto para los efectivos vocales del Orfeó Català, herederos de aquellos que en su día levantaron el Palau de la Música con una suscripción popular. Los cantores se han estado preparando a fondo. Barenboim ha podido comprobarlo en los ensayos. «No imaginaba que fueran tan excelentes. Estos conjuntos tienen una gran calidad vocal, una estupenda preparación musical. En los ensayos están muy alerta al más mínimo detalle», destacó el director y pianista.

Admirador de Barcelona

Su primera actuación en Barcelona fue a principios de los años 60. «Barcelona es una ciudad muy especial. Tiene una interesante e importante historia con la música. Fue el primer sitio donde se estrenó Parsifal fuera de Bayreuth y se cantó la tetralogía en catalán, a principios del siglo XX», destacó antes de recordar otros hitos como el Concierto para violín de Alban Berg, estrenado en el Palau de la Música en 1936, en el Festival Internacional de Música Contemporánea.

Barenboim nació en Buenos Aires en 1942 en el seno de una familia de músicos judíos llegados de Rusia. Tiene cuatro nacionalidades: argentina, española, palestina e israelí. Más allá de su dilatada carrera con cientos de grabaciones se ha convertido en un abanderado por la paz en Oriente Próximo.

Más allá de la música

Junto al intelectual palestino Edward Said impulsó en 1999 la West-Eastern Divan Orchestra, un espacio de diálogo entre jóvenes músicos árabes e israelís. En el 2016 se inaugurará oficialmente una academia en Berlín donde además de músicos de Oriente Próximo habrá estudiantes europeos y de todos los países árabes. «Este septiembre pondremos en marcha el proyecto piloto», destacó, que a parte de música ofrecerá otras asignaturas como Filosofía. «No solo hay que aprender a tocar sino a pensar. La música es matemática, física pero también poesía y emoción».

Barenboim lamentó la falta de iniciativa de la Comunidad Europea en Oriente Próximo. «Europa debe jugar un papel importante en el conflicto palestino-israelí, que es humano, no político, entre dos pueblos que se creen con derecho a vivir en un pequeño pedazo de tierra». Y descalificó a Estados Unidos como mediador: «le falta objetividad». A Europa, además de estar mucho más cerca, «le afecta el problema de los refugiados: tenemos al ejército del Estado Islámico en nuestra orilla», señaló. La historia de Europa y su cultura podrían ser de ayuda, «aunque desde la segunda guerra munsial esa cultura de la que se está tan orgulloso nadie la sostiene con la fuerza y el ímpetu necesarios».

Nuevo disco con Gustavo Dudamel

Su próximo disco, que llegará en septiembre a España, es una esperada nueva grabación, «seguramente la última», admite Barenboim, de los dos conciertos de piano de Brahms. Su madurez y experiencia quedan patentes en estas obras que le han acompañado toda su vida y que disfrutó grabando en directo el pasado septiembre junto al aclamado crack de la clásica, el joven venezolano Gustavo Dudamel, al frente de la Staatskapelle de Berlín. «Gustavo tiene un talento fuera de lo común y una cualidad muy importante: percibe, siente y entiende lo que la orquesta le ofrece», recalcó Barenboim.

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