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Autoparodia como escudo Infiltrados en la universidad

Autoparodia como escudo Infiltrados en la universidad_MEDIA_1

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Infiltrados en la universidad es una película desesperada por demostrar lo lista que es, y por reírse de lo absurda que su propia existencia resulta. Continuación de Infiltrados en clase (2012) -a su vez remake bastardo de la teleserie Jóvenes policías--, una y otra vez nos recuerda explícitamente que en Hollywood las segundas partes a menudo son exactamente iguales que las primeras, pero peores. Es decir, utiliza la autoparodia para evitar las críticas. Ahora bien, ser consciente sobre su propia falta de originalidad no la exime de ser repetitiva.

Por otra parte, cada vez que los directores Phil Lord y Chris Miller corren el riesgo de quedarse en babia mirándose el ombligo, ahí están Jonah Hill y Channing Tatum para rescatar la película con su química. Al fin y al cabo, la dinámica entre sus personajes es la base la trama y el foco de todas las escenas: Infiltrados en la Universidad es una comedia sobre una relación de pareja en plena crisis, y al tiempo que se ríe también del vocabulario de las romcoms convierte el subtexto homoerótico -tan habitual en las buddie movies- en puro texto. Que los cineastas sean tan progresistas como creen al pisar ese terreno es discutible -¿realmente es la emotividad entre hombres de por sí hilarante?-. Que en todo caso el resultado sea a menudo enloquecida-

mente gracioso no lo es. NANDO SALVÀ

Phil Lord y Chris Miller