CRÓNICA

Apoteosis con Jaroussky

El contratenor francés deslumbró al Auditori con Vivaldi

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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Delirio en el Auditori. El contratenor francés Philippe Jaroussky hace tiempo que ha dejado atrás la categoría de cantante de referencia en la interpretación de su repertorio para convertirse en un fenómeno que supera cualquier calificativo que se quiera aplicar a su incuestionable categoría artística. Su visita a Barcelona para cantar la noche del miércoles obras de Vivaldi grabadas en su disco Pietà produjo una verdadera conmoción.

Un público transversal, con muchas caras poco habituales en los conciertos de clásica y abundancia de jóvenes seguidores, llenó la sala Pau Casals y aclamó de forma entusiasta y puesto en pie al artista después de interpretar el intenso programa anunciado, con tres propinas incluidas, junto a su excelente conjunto barroco Artaserse que también se lució en las piezas de concierto, especialmente en la RV522 para dos violines.

Jaroussky, recibido con una gran ovación cuando apareció en escena junto a sus músicos, no defraudó las expectativas puestas en una bien diseñada actuación. A sus 36 años disfruta de su mejor momento vocal y ha encontrado en Artaserse el complemento perfecto para modular el repertorio a la medida de sus peculiares características vocales. Todo esto quedó bien patente en los dos distintos tramos de su actuación, con una sublime primera parte consagrada a la música religiosa del compositor veneciano y una segunda centrada en la ópera.

Tras la interpretación por parte de la formación orquestal del Concierto en do menor para cuerdas y clavecín, la voz angelical, blanquísima y con timbre cristalino de Jaroussky abordó la mística del Stabat mater creando atmósferas absolutamente mágicas. El tono pausado, delicado y melancólico de la obra inundó una sala cuya audiencia no pudo contener una emoción cercana al éxtasis cuando concluyó los casi 20 minutos de esta recreación. En el reto de sortear los obstáculos del difícil motete Longe, mala, umbrae, terrores, iniciado con una tempestuosa aria, exhibió su capacidad de control y un gran dominio en el ajuste final del Aleluya.

CAPACIDAD PIROTÉCNICA / La continuación fue una fiesta. En ella el francés desplegó toda su capacidad pirotécnica en las piezas de coloratura y también una gran delicadeza en las más dolientes. Obras de las óperas OrlandoGiustino y dos de L'Olimpiade, la sensible Mentre dormi y el recitativo y aria de Lícida Gemo in un punto e fremo, con sus dosis de furia, complacieron a unos seguidores que ya cuentan los días para la próxima cita del contratenor, el 25 de marzo, en el Liceu.