UN ARTISTA ETERNO EN EL FESTIVAL DEL MIL·LENNI

El jardinero del amor

El artista italo-belga Adamo, en una imagen promocional.

El artista italo-belga Adamo, en una imagen promocional.

LUIS TROQUEL
BARCELONA

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En enero del pasado 2007, el Festival del Mil·lenni recuperaba la figura de Salvatore Adamo tras 18 años sin pisar ningún escenario barcelonés. Dentro del mismo festival y en el mismo recinto del Palau de la Música, regresó con inalterable poder de convocatoria hace dos años y, de nuevo en idéntico marco, volverá este domingo. TercerMil·lenni,pues, para un mito de tridimensional perfil.

¿Gigante de la música italiana, francesa o hispana? De todas y de ninguna a la vez. Nació en Sicilia, en 1943, pero cuando apenas tenía uso de razón emigró con toda la familia a Bélgica porque su padre había encontrado un trabajo en las minas de carbón de Mons. Escribe sus canciones en francés, pero ha grabado siempre la versión en italiano, y durante muchísimo tiempo también en castellano (idioma en el que sigue cantando casi todos sus éxitos cuando nos visita). En los años 60 a Raphael le llamaban en muchos sitiosel Adamo belgae hizo aquí suyas tres de sus piezas totémicas (Mi gran noche, AmoyLa noche),sin que ello eclipsara el impacto de Adamo, quien contrajo con todo el mundo hispano una vinculación insólita en un artista internacional de semejante altura. Porque su estrellato no se limita a estos tres ámbitos lingüísticos. Ha grabado también en inglés, alemán y japonés, y ha vendido, a lo largo y ancho del mundo, la friolera de 100 millones de discos.

Cintura y corazón

¿Baladista melódico, artista pop o cantautor? Por definición pertenece a la música ligera y romántica, pero al igual que Paul Anka o nuestro Dúo Dinámico, emergió como fenómeno pop. Y él compone desde siempre su propio repertorio, reconoce entre sus principales influencias a George Brassens y su estilo ha dejado huella hasta entre cantautores galos tan actuales como Dominique A. El mismísimo Jacques Brel lo bautizó como «tierno jardinero del amor»; pero aunque Adamo haya hecho del corazón su leitmotiv, en los 47 años que lleva cantando ha abordado temáticas de todo tipo.

Ni que decir tiene que la deliciosa frivolidad deMis manos en tu cinturafue la reina de su concierto de regreso a nuestra ciudad hace cuatro años. Rescató todos sus viejos éxitos con un entusiasmo (compartido con el público) caro de ver en figuras de tan largo recorrido. Por el repertorio escogido cualquiera diría que viviera anclado en la nostalgia de la época de los guateques. Sin embargo, en el tenderete del merchandising, podía adquirirse su entonces último disco (La part de l'ange) y reencontrar a un intérprete y creador en plena forma, de maneras exquisitas.

Sigue grabando regularmente (hace unos meses editóDe toi à moi, con el que contabiliza ya 22 álbumes) y su voz destila aún exacerbada sensibilidad sesentera. Tenerlo de nuevo es un lujo. Ojalá siguiera visitándonosper saecula saeculorum. O dado el caso, por los mil·lennisde losmil·lennis. Un artista ya eterno.