La moda de los iconos 'vintage' musicales

Culto a la música negra

Portada del libro 'Funk & soul covers'.

Portada del libro 'Funk & soul covers'.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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En un momento en que la música parece desmaterializarse a través de asépticos archivos digitales, un potente libro ilustrado,Funk & soul covers (editado por Taschen), reivindica un arte en crisis, el diseño de portadas de discos. Se centra en una parcela, la música negra, especialmente proclive a la exuberancia y la frondosidad plásticas. Más de 500 portadas recuerdan que, durante una era, la creación musical se envolvió de un aura estética que enfatizó sus propiedades. Álbumes que hoy generan nostalgia y un culto emergente como iconosvintage.

La selección de discos es cosa del portugués Joaquim Paulo, asesor discográfico y periodista radiofónico sin problemas para describirse como «obsesivo» en su relación con estos objetos. Paulo explica en la introducción del libro que su «historia de amor», desatada tras escuchar, en su adolescencia, obras de Stevie Wonder, Donny Hathaway y Marvin Gaye (a quien llama simplemente Marvin), le ha llevado a rastrear parentescos del soul y el funk en músicas europeas, africanas y latinoamericanas. Y, en efecto, el volumen, aunque anglocéntrico, lanza miradas furtivas a discos franceses (Ben & The Platano Group), nigerianos (Afrika 70, grupo de Fela Kuti) y de países como Guyana (Cymande).

SABOR A AÑOS 70 / Si bien la selección de portadas retrocede hasta ejemplares de los 60, de artistas como Otis Redding y The Supremes, los 70 son los años más representados.Blaxploitation, sonido Filadelfia, funk rock,disco musicy divas soul desfilan con un estridente muestrario de diseños discográficos. Del hip-hop solo se cubren sus raíces y suold school, de The Last Poets a The Sugarhill Gang. Y los años 80, con la irrupción de Prince, fijan una frontera que Paulo no desea traspasar. No hay ejemplares delrevivalsoul contemporáneo, el de Amy Winhouse, Sharon Jones o EliPaperboyReed, aunque estos artistas salpican las conversaciones que el autor mantiene con varios especialistas en las primeras páginas del libro. Las portadas reproducidas incluyen fichas técnicas y textos explicativos.

Seguramente, a un joven aficionado a la música crecido en la era delmp3y el streamingle costará trabajo imaginar el universo simbólico y las connotaciones que expresaron en su día todos esos diseños. Propuestas como las de David Krieger, con sus portadas extravagantes para Funkadelic y melancólicas para Terry Callier. La espiritualidad de Earth, Wind & Fire, con la firma de Tom Steele. Elkitschcósmico del equipo Gribbitt! en los platillos volantes de Parliament. La cultura suburbana de Glen Christensen reflejada en álbumes de Curtis Mayfield comoSuper fly. Y el erotismo, tan común en la música negra setentera, expresada a discreción por Joel Brodsky en los discos de Ohio Players, o con ideas un tanto peregrinas, como el cinturón de castidad moderno, con código de seguridad, que Kay Ritta plasmó en la portada deSophisticated funk, de Jack McDuff.

OTRA DIMENSIÓN / Todo eseartworkdaba a la música contenida en el disco un calado distinto; le suministraba propiedades que amplificaban sus valores. Como apunta el autor, el fundamentalWhat's going on(1971), de Marvin Gaye, obra de soul dolido y humanista, influido por el drama de Vietnam, «adquiere un nuevo significado cuando lo escuchas carátula en mano; la mera fuerza de la fotografía le otorga una dimensión diferente». La imagen de la portada, de James Hendin, con un Gaye de mirada perdida bajo una lluvia tenue, refleja a la vez fortaleza y melancolía.

En el mercado español, la edición de este libro ofrece una lectura añadida: reivindica una música que, en su día, fue poco considerada por el periodismo musical; tachada de frívola y meramente bailable por una crítica local volcada en el rock (con excepciones como la referencial Patricia Godes en las páginas deVibraciones). Como apunta Paulo, el propósito final del libro debe ser que el lector salga corriendo a buscar esos discos y emprenda el «descubrimiento de más y más música».