MEMORIA HISTÓRICA

Camino de Mauthausen

Francesc Boix, el fotógrafo que acusó a los nazis, identificado en la famosa foto de Barcarès

Francesc Boix marcha tras un gendarme en la conocida imagen de Robert Capa de una columna de prisioneros republicanos enBarcarès.

Francesc Boix marcha tras un gendarme en la conocida imagen de Robert Capa de una columna de prisioneros republicanos enBarcarès.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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El hallazgo y difusión de los negativos conservados en la maleta mexicana de los fotógrafos Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour ha sacado a la luz miles de nuevas imágenes de la guerra civil, y las historias que estaba detrás de ellas. Pero incluso las más conocidas, contempladas miles de veces, pueden dar sorpresas cuando se las mira con nuevos ojos: es lo que le ha sucedido al fotógrafo barcelonés Xavier de la Cruz con la fotografía de Robert Capa que muestra a una columna de refugiados republicanos llegando al campo de internamiento francés de Barcarès. Al frente de ella ha identificado al fotógrafo catalán Francesc Boix. Allí, en Barcarès, empieza una larga y penosa marcha que le llevaría al campo de Mauthausen, donde trabajó en el laboratorio fotográfico y se jugó la vida ocultando cientos de fotografías de los crímenes de las SS, y a los juicios de Nuremberg y Dachau, en los que acusó a los nazis con su testimonio y sus imágenes.

«Siempre me llamó la atención que ese chico sonriera. Hasta que un día, con el libro del historiador Benito Bermejo Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen encima de la mesa, caí en la cuenta de la similitud con Boix», explica de la Cruz. La sonrisa que recuerdan todos los que lo conocieron aparece en todas sus fotos.

¿SE CONOCÍAN? / El negativo de esta fotografía esta contenido en la maleta mexicana, protagonista de una exposición en el ICP de Nueva York que llegará en otoño al MNAC. Las nuevas copias permiten ver con más detalle algo que De la Cruz intuyó: parece que Boix lleva su maleta colgando de un pie del trípode de su cámara. Y el conjunto de fotografías ayuda además a reconstruir la escena: en marzo de 1939, tras fotografiar la siniestra playa de Argelers, y antes de dirigirse al supuestamente modélico campo de Bram, sigue el traslado de militares republicanos hasta el de Barcarès, donde van marchando, columna tras columna, por las dunas de la playa.

Algunos combatientes derrotados aún tienen ánimos para mirar desafiantes a Capa y levantar el puño. Este espera a una columna y la fotografía en una larga secuencia, mientras se aproxima y pasa de largo. Muy a lo lejos, en un par de fotogramas, el más que probable Boix levanta la mano y saluda riendo al fotógrafo húngaro, haciendo que los que le rodean se carcajeen. Cuando pasa delante de él, sonríe y lo mira de reojo. «Quizá solo identificó a un colega. Pero por su actitud, a lo mejor se conocían», aventura De la Cruz. Amigo de Joaquín López Raimundo y fotógrafo de las JSU y en el frente, pudieron coincidir en el Hotel Colón o en las oficinas del Comissariat de Propaganda.

Aunque a primera vista la semblanza del personaje que camina por la arena de Barcarès con Boix es llamativa, Xavier de la Cruz no ha podido evitar preguntarle alguna vez a la pantalla: «¿Eres tú?» Invirtió algunas fotografías de Boix para ver mejor los paralelismos, e incluso superpuso en alguna de ellas la boina que llevaba el refugiado de Barcarès: el parecido aumentaba aún más. También en opinión de Marc Pastor, agente de la policía científica de los Mossos y escritor (admirador además de la figura de Boix, a quien hizo aparecer en su novela Montecristo), se trata del fotógrafo: «Aunque el contraste de la luz es fuerte y hay poca definición, las coincidencias morfológicas son muy fuertes». Tras superponer fotografías de Boix con la tomada por Capa y buscar puntos de contacto, Pastor apunta que coinciden «la norma facial, la forma del dorso y la base nasal, la anchura de la boca, la dentadura, los surcos en la región nasogeniana y la angulosidad de la hélice de las orejas, y hay solución de continuidad en las proporciones faciales».

Apasionado de la historia, a De la Cruz lo que le interesa es que se vuelva a hablar de Boix: «Nadie debería olvidar quién era y qué hizo».