Soleá Morente, la indie de la estirpe

La hija mediana de Enrique Morente continúa con el desafío de su padre en 'Tendría que haber un camino'

NÚRIA MARTORELL / BARCELONA

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Su padre lo tenía claro: "El flamenco que yo hago es... torcido". Enrique Morente fue un incansable renovador del género. Un transgresor, con los cimientos y los conocimientos bien asentados. Solo uno de sus hijos no se dedicaba a la música, y le gustaba avisar: "Ya veréis cuando escuchéis cantar a Soleá”. Soleá, la mediana, a la que bautizó con el nombre de uno de los palos flamencos más difíciles, acabó primero la carrera de Filología Hispánica. Y cuando se decidió a seguir la estela familiar, cuando empezó a seleccionar con Enrique las piezas del que iba a ser el disco de debut, la muerte del cantaor truncó su camino. El proyecto se quedó en la cuneta.

Soleá ha publicado un primer álbum, 'Tendrá que haber un camino', que no es el camino trazado (El Volcán). "Ese plan inicial con mi padre lo seguí trabajando luego con Isidro Sanlúcar. Y volveré a él, claro que sí, pero cuando termine la promoción de este otro disco. Necesitaba airearme. Encontrarme a mí misma. Y empecé a componer. Llegó un día en el que tenía unas cuantas canciones. La idea era recogerlas en un epé. Pero acabaron siendo demasiadas. Así fue como nació este”, relata la cantante/cantaora, porque lo suyo son cantes convertidos en canciones.

EL PLANETA 'OMEGA'

Soleá Morente ahonda a su manera en los desafíos de su padre, sin su padre. Y tal y como hizo Enrique en 'Omega', recurre a los amigos de Lagartija Nick la banda con la que Soleá ya predicó la obra del malogrado cantaor con el grupo bautizado como Los Evangelistas y su rock-psicodélico, ruidoso y jondo. En el combo figuraban integrantes de Los Planetas, y el mismo título del trabajo, 'Tendrá que haber un camino', lo ha tomado prestado Soleá de una maravillosa pieza de esta formación que cantaba Enrique. "Tendrá que haber un camino / que me lleve donde se pueda estar, / otros prefieren quedarse / aunque no puedan vivir”, reza la letra.

En los créditos del compacto orbita de forma insistente J, timonel de Los Planetas y Los Evangelistas, quien además de arroparle a la guitarra junto a otro de sus miembros, Florent, firma la música y canta con Soleá una de las piezas más reseñables, La ciudad de los gitanos, inspirada en El poema de la Guardia Civil de García Lorca. No es la única en la que comparten autoría: los otros títulos son el fandango Arrímate, el tango Solos tú y yo y la granaína Eso nunca lo diré.

 "En casa siempre he visto cómo acudían a los grandes de la literatura. Es algo que llevamos por bandera. Mi padre cuidaba muchísimo los textos, y de una forma muy natural. ¡La de libros que tenemos! Y mi hermana Estrella se atrevió incluso con San Juan de la Cruz”

Como Enrique, el poeta del flamenco, su hija echa la vista atrás a  más rimas, entre las que no pueden faltar las de Machado. Lo reivindica ya en la canción que abre el disco: Yo escucho los cantos. "En casa siempre he visto cómo acudían a los grandes de la literatura. Es algo que llevamos por bandera. Mi padre cuidaba muchísimo los textos, y de una forma muy natural. ¡La de libros que tenemos! Y mi hermana Estrella se atrevió incluso con San Juan de la Cruz”.

UNA SEVILLANA VERSIÓN 'DESTROYER'

Estrella, Enrique, su otro hermano; su madre, Aurora, y el tío Montoyita colaboran en el álbum. Las vigorosas castañuelas que suenan en la sevillana con distorsiones –versión destroyer–, de 'Están bailando' las quiso tocar Estrella. "Es una composición de mi padre, basada en una letra popular, que solo quedó registrada en un disco que se editó ¡en Suiza! La de veces que le escuchaba cantar esta sevillana... Y desde niña me llamaba mucho la atención el profundo mensaje que tiene en ese inicio tan brutal, ‘busco el quererte, / y en la luz de tus ojos, / veo la muerte...’, y ese baile floral, ‘ya están bailando, / un clavel y una rosa...’. De pequeña me preguntaba: ¿será verdad que bailan el clavel y la rosa? Esa imagen me ha acompañado desde entonces. Siempre he creído que las letras que cantaba mi padre ocurrían de verdad. Era tan magistral. Tan auténtico”, suspira.

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Para completar el repertorio, Soleá recurrió a la musa del indie pop La Bien Querida, quien le correspondió con una generosa aportación. "Admiro su forma de componer, tan sincera, sencilla. Con tres acordes hace una gran canción. La primera vez que le escuché fue en casa de J y me llegó al corazón. ‘¿Quién es esta chica?’, le pregunté. Me hice superfan. Un día coincidimos y le abordé: ‘Oye, estoy grabando un disco y me gustaría contar contigo en unos coros, unas palmas y, bueno, si me das a una canción ya lo voy a flipar’. A los pocos días, me envió 'Todavía' [una de las tres piezas que La Bien Querida firma en el compacto]”.

"Mi padre luchó mucho por esa libertad, dejando las puertas abiertas a un nuevo mundo por el que caminar. Y a artistas como él, o Camarón, les debemos que hayan arriesgado y luchado por sus sueños, que ahora son nuestros sueños”

Soleá aplaude a las voces que se hacen un hueco rompiendo cánones. Entre las cantaoras destaca otro nombre, el de Rocío Márquez. "Hay una clara necesidad de expresarnos, tal cual nos sentimos. El diálogo es clave. En la música. En la vida. ¡En todo! No estamos por los dogmas, sino por la libertad de expresión. La sociedad necesita ser escuchada. La sociedad necesita gente valiente. Mi padre luchó mucho por esa libertad, dejando las puertas abiertas a un nuevo mundo por el que caminar. Y a artistas como él, o Camarón, les debemos que hayan arriesgado y luchado por sus sueños, que ahora son nuestros sueños”.