ENTREVISTA CON LA ARTISTA BRASILEÑA

Luna Cohen: «La música brasileña aquí está como escondida»

La cantautora presenta en la Sala Moragues su segundo disco 'Flor do cerrado'

NÚRIA MARTORELL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alegre, cadenciosa, sensorial, colorista, sensual... Así es Luna Cohen y su regeneración de la música brasileña, un género que, dice, no se programa lo suficiente. «La música brasileña aquí está como escondida», se lamenta. El sábado presenta el disco 'Flor do cerrado' en la Sala Moragues de El Born Centre Cultural, invitada por el Mas i Mas Festival.

­—¿Por qué eligió España como destino? ¿Qué edad tenía? 

—Fue en el 2000, tenía 23 años. Era el billete de avión más barato de Europa, donde quería acabar Artes Plásticas. En realidad, el billete más barato era a Portugal, pero no quería ir al país que colonizó Brasil.

-¿Creo que iba canturreando por la calle cuando la oyó Manu Chao? 

-Sí, cantaba 'Meu Canarinho, minha beija-flor'del pueblo de mi bisabuela:

-Siga relatando. ¿Qué le dijo? 

-Fue en la calle de Escudellers y con su guitarra fue sacando los acordes. Nos sentamos en la plaza del Tripi [la plaza George Orwell]. Me preguntó si era cantante. Y cuando le dije que no, me soltó: 'Te has de escuchar porque eres cantante y no lo sabes'. Al día siguiente fui a su estudio a grabar. No sabía quién era Manu Chao. En Brasil no es muy famoso. Y cuando mis amigos escucharon los temas, alucinaron: ¡Si es Manu Chao!

-¿Le volvió a ver?

-El día que nos conocimos me contó que de vez en cuando iba con músicos de todas partes a tocar en la calle y me preguntó si me apuntaba. La primera vez que volvimos a vernos fue en el Portal del Àngel. Coincidimos tres veces más. Luego se fue de gira y yo tenía que elegir entre irme a Madrid o apuntarme en la Escola Massana. Y con la indecisión, acabé en el Taller de Músics.

-¿Vio que la música sería su vida? 

-Cantando me sentía más libre que haciendo cualquier trabajo plástico. Quería probar algo más arriesgado, diferente. E invertí el dinero ahorrado. El problema es que no me enteraba de nada: no entendía el catalán, el castellano, el solfeo. Fue muy angustioso. Hasta que uno de los profesores, Joan Chamorro, me dijo: 'Tú ve haciendo y en algún momento te entrará'. Pero yo venga repetir curso. Luego otro profesor, Errol Wolsky, me enseñó a transportar los temas a mi tono, a crear un repertorio, a relacionarme con los músicos, a buscar bolos... A ser una profesional.

-E inició una exitosa carrera con 'Estrada do sol', que presentó en la Nova Jazz Cava de Terrassa y le granjeó hasta premios. ¿Por qué quiso ya entonces incluir temas de su autoría?

 -Porque quería hacer algo realmente original. Gracias a amigos como Joel Moreno, que iban poniendo acordes a lo que cantaba, empecé a convertirme en compositora.

 -En su segundo álbum, 'Flor do Cerrado', un sugerente maridaje entre música brasileña y jazz, hay dos piezas en catalán.

 -Es un disco con más identidad. Hace 14 años que vivo aquí. Hablo y pienso en catalán. Y pensé que era la manera de que la gente entendiera mejor mis letras.