Karen Souza, la voz que turbaría a Marlowe

IMMA MUÑOZ/ BARCELONA

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Ella misma dice que tendría que haber nacido en otra época. Tal vez a principios del siglo pasado, para haber llegado en la plenitud de facultades vocales que exhibe ahora a los años en los que Philip Marlowe se acodaba en una barra y se dejaba seducir por mujeres de vida hermética y voz profunda en locales con mala fama. No cuesta nada imaginar a Karen Souza en ese marco: el escenario en penumbra, el humo acentuando el misterio y, de pronto, una presencia magnética cantando... 'Personal Jesus'. La de Depeche Mode, sí. O 'Creep', de Radiohead. O 'Billie Jean'. O hasta el 'Get lucky' de Daft Punk y Farrell Williams.

Porque esa es la propuesta musical de esta cantante nacida en Buenos Aires en los 80 y de la que poco se sabe que no tenga que ver estrictamente con la música: un viaje del jazz a todos los géneros musicales. Y viceversa. Karen Souza –nombre artístico: el real es otro enigma– debutó con el micrófono poniendo la voz en temas electrónicos, y después fichó por una discográfica para cantar lo que hiciera falta. Cuando a la compañía se le ocurrió pasar por un filtro jazzístico los temas de los 80 en el proyecto 'Jazz and 80s', pensó que aquella voz grave y sensual que convertía tres notas en una atmósfera podía dar muy bien en el disco. Y así fue como Karen Souza recibió una invitación para probar fortuna en un género que había escuchado mucho pero que no se había atrevido a abordar. Para probar y para quedarse.

"Tras dar muchas vueltas, en el jazz y la bossanova he encontrado mi zona de confort –explica por teléfono desde Buenos Aires–. Pero si algo me gusta de la música es esa posibilidad que ofrece de mezclarlo todo, hasta el punto que creo que no puedo hablar de géneros por separado. Me gustan la mayoría, y puedo desarrollarme en todos ellos. De hecho, tengo miniproyectos en varios. Pero, después de esta experiencia, el jazz me acompañará siempre”.

Acercar al público al jazz

Amante de Miles Davies, reconoce que llegar hasta él no es fácil, pero espera que propuestas como la suya, basadas en temas pop y rock ampliamente conocidos, contribuyan a aproximar a la gente al mítico trompetista. "Las adaptaciones que nosotros hacemos son más fáciles de escuchar que los temas de Miles Davies, así que el público puede empezar a educar el oído con nosotros y, con el tiempo, acabar disfrutando de sus temas", asegura. Y el viaje se puede hacer en sentido inverso: "Que personas de una cierta edad que aman el jazz y no se acercarían jamás a 'Creep' la descubran a través de nuestra adaptación y lleguen así hasta el universo de Thom Yorke. Eso es muy interesante”, señala.

¿Y cree que a los fans del líder de Radiohead les gusta oír ese tema emblemático desprovisto de épica y con una atmósfera tan distinta de la original? "Bueno, a quien sea muy cerrado en cuanto a géneros probablemente no –admite–, pero yo creo que hay que romper las estructuras, dinamitar las etiquetas: la música es música". Y a ella le gusta, sobre todo, sentirla. Ese es el criterio fundamental para elegir los temas que la banda, con Karen al frente, adapta. "Me tienen que llegar, los tengo que vivir, porque, si no, no puedo transmitirlos –dice–. Las adaptaciones suelen partir de la voz, pero lo hacemos todos los miembros del grupo juntos. Vamos acomodando el tempo, buscando los arreglos... Y tenemos que sentir que aportamos algo a la canción. Si no, por más que nos guste, no la versionamos".

Conciertos en España

Las versiones de Karen Souza, esas adaptaciones aparecidas en 'Jazz and 80s', que tuvo continuidad en 'Jazz and 70s' 'Jazz en 90s', fueron recogidas en dos álbumes, 'Essentials' y 'Essentials II', que acaban de aparecer publicados en un disco doble: 'The essential collection' (Warner). Pero estas piezas no son los únicos temas de su repertorio: en el 2012 lanzó un disco de canciones propias, 'Hotel Souza', que tuvo una excelente acogida en Estados Unidos y que llevó a la banda incluso de gira por Japón. Ahora se ha decidido a cruzar el Atlántico para desembarcar el martes, 16 de junio, en Barcelona (Luz de Gas) y un día después en Madrid (sala Galileo Galilei). "Es la primera vez que vengo a España con mi espectáculo. Hasta ahora tan solo había estado en Ibiza, haciendo turismo [se adivina una sonrisa a través del teléfono]. Hoy en día, la música llega a todas partes, pero un concierto es una forma distinta, y más intensa, de llegar", dice.

¿Qué encontrarán quienes se acerquen al suyo? "En cuanto a repertorio, un poco de todo: versiones y también temas propios, para que puedan conocer todas nuestras facetas", responde. Y aunque no se atreve a concretar porque no conoce los espacios en los que actuará, sí tiene claro qué quiere ofrecer: "Cercanía. No soy muy empática con la modernidad en general. Me gusta recrear lo que se hacía en los bares jazzeros: actuar en lugares pequeños, con el público muy cerca; ese ambiente en el que la proximidad primero intimida, pero que luego potencia la complicidad y la escucha". Ese ambiente en el que, como les decíamos, solo falta Philip Marlowe.