Viñales se estrella a 200 Km/h y solo sufre rasguños

Maverick Viñales.

Maverick Viñales. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / MUGELLO (Enviado especial)

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El Gran Premio de Italia está tan apretado como el Mundial de MotoGP. Tres ganadores distintos (Maverick Viñales venció en Catar, Argentina y Francia; Marc Márquez, en EEUU y Dani Pedrosa, en Jerez), cuatro pilotos separados por 27 puntos (Viñales, 85; Pedrosa, 68; Valentino Rossi, que aun no ha ganado, 62 y Márquez, 58) y ayer, en los primeros entrenamientos en el jardín del 'Doctor', 16 pilotos, del británico Cal Crutchlow (Honda, 1.47.365 minutos) a Aleix Espargaró (Aprilia, 1.48.129), en menos de un segundo ¡lo nunca visto! Y el líder, Maverick Viñales (Yamaha), quinto, salvó su vida tras una caída a 200 kilómetros por hora.

Era la curva 9 del veloz Mugello. Viñales perdió el control de su tren delantero, se arrastró por el asfalto, también por la tierra, mientras su Yamaha volaba y volaba, por suerte, muy por delante de él, hasta estrellarse y quedar seriamente dañada. «Yo, la verdad, en lo único que pensaba era en quitarme de allí en medio, pues es un sitio donde puede arrollarte otro piloto», explicó Viñales, que solo resultó con una fuerte y ensangrentada abrasión en su codo y brazo izquierdo. Pese al mono, sí, pese al mono. Estos chicos, cuando se arrastran, se arrastran de verdad. Bueno, se arrastran a 200 km/h. «He tenido mucha suerte, sí. Ha sido un error y espero aprender de él». Se podía haber hecho mucho daño.

ROSSI, CON DOLOR EN EL BRAZO DERECHO

Daño el que sigue sufriendo, dice, aunque no todo el mundo se lo cree, Rossi, que ayer descubrió «cuando retorcía el brazo derecho para dar gas, un dolor inexplicable, inesperado y que me asustó un poco, aunque, luego, en la clínica del circuito me han preparado bien para la segunda sesión y lo he notado menos». 'Vale', 14º ayer, trabajó de cara a la carrera de este domingo. Más o menos como Márquez (13º), que ve ganando («si yo no mejoro», sonrisa) a una Ducati «o a Dani (Pedrosa), que está muy, muy bien». Pero queda un día de entrenamientos, la jornada de hoy. Demasiado tiempo para dudar de tantos y tan buenos magníficos.