Márquez levanta un muro entre él y sus rivales

¿Ven ese precioso muro? Es de piedra natural, una preciosidad. Esta construido como muro, pero también como fondo de teatro. Y, como piedra que es, si lo intentas atravesar, te estrellas, te dañas. Chocas. Hasta ahí ha llevado, como ha ocurrido a lo largo de todo el año, Marc Márquez a sus rivales. Hasta el límite, hasta la pared, hasta el muro de Motorland, del precioso Alcañiz, del duro Aragón. Y hasta ese tope han llegado figuras míticas como Valentino Rossi que, tras su ascensión a los cielos en San Marino, su jardín, se ha estrellado en Alcañiz. Y hasta ahí ha llegado Jorge Lorenzo, que iba de crecida, de maravillosa crecida, y ha sufrido un frenazo nada más intuir, adivinar, ese muro que representa el mejor Márquez del año.

Porque Márquez logró ayer, en Aragón, la 11ª pole position de la temporada. Faltan cuatro grandes premios (Japón, Australia, Malasia y Valencia) y está solo a una del récord absoluto de Michael Doohan. Y ayer la logró, con perdón, y con piedad, a lo grande, sacando esas decimitas que hubiese querido guardarse para la carrera, pero que no tuvo más remedio que utilizar cuando, faltando 70 segundos, se detuvo en su box. «Ya nadie nos quita esta pole», le dijo Marc a su jefe técnico, Santi Hernández. Y, de pronto, Dani Pedrosa cruzó la meta en 1.47.549 minutos. ¡Zas! la pole era suya. «Habrá que probarlo», le dijo Márquez a Santi. Y salió, a falta de un minuto, a por ella. Y la hizo con ostentación, rebajando el crono de su compañera en 0.362 segundos, una barbaridad en MotoGP.

Cuando se enfrenta uno a alguien tan superior, ¿qué crees que piensan los otros pilotos?, le comentamos a Márquez. «A veces no tan superior, ¿verdad?, pues vengo de perder en Misano ¡y a lo grande! ¡ante Vale!», respondió de sopetón. «Bueno ¿qué pienso? Que en MotoGP están los mejores. Y que, cuando tú llegas a la categoría reina es porque posees mentalidad de campeón, de ganador, de luchador. Un piloto de MotoGP nunca se rinde y sigue trabajando para ver si gana. No a Márquez, no a Lorenzo, no a Pedrosa, no a Rossi...para ver si gana. Te pruebas siempre a ti mismo. Y ese es el reto».

TEMOR A LA LLUVIA / Ese Márquez, al que todos dan como claro favorito para ganar hoy su  12º gran premio, solo puede ser frenado por la climatología. Dicen que lloverá. Pero nadie lo asegura. «Lo siento, pero si llueve, la diferencia aún va a ser mayor», insinúan Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, que están viviendo, dicen, un martirio con las gomas que no se adaptan a sus Yamaha ni a tiros, ni a horas de entrenamiento, ni a días de trabajo con los ordenadores y la telemetría. Nadie quiere que llueva. Ni los favoritos sobre la lluvia. «Si llueve, todo cambiará. Si llueve habrá que marcar a los que me persiguen en el Mundial (Pedrosa, a 74 puntos; Rossi, a 75 y Lorenzo, a 112) y no hacer locuras. Si se corre en seco, saldré a por todas, a ganar, a sumar 25 puntos y a preparar mi primera pelota de partido, dentro de 15 días, en el gran premio de Motegi, Japón, la casa de Honda. No he podido ganar en mi casa, pues tratemos de ganar en la casa de mi marca».

Y AHÍ ESTÁN LOS ÀLEX / El Mundial celebra hoy su gran premio 800º de la categoría reina. Parece una cifra mágica para que ocurra algo grande. Y ya sucedió ayer, ya, cuando tres catalanes, de nuevo, consiguieron el triple a la hora de liderar las parrillas de Moto3 (Àlex Rins), Moto2 (Maverick Viñales) y MotoGP (Marc Márquez).

Porque si Marc lo tiene cómodo, a punto en MotoGP, Tito Rabat no debería de descuidarse en Moto2. Ya ni les cuento el tembleque que le ha entrado al joven australiano Jack Miller, que partirá desde la segunda fila de Moto3, pegadito a Àlex Márquez. Ni uno ni otro, aspirantes al título, pueden perder de vista a Rins, que viene de ganar dos seguidas, dos.