GESTIÓN HÍDRICA

Los embalses catalanes, en prealerta con unas reservas del 54%

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Antonio Madridejos / Barcelona

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Las Cuencas Internas de Catalunya, que abastecen de agua a prácticamente el 80% de la población catalana, incluyendo el área de Barcelona, se encuentran en situación de prealerta por sequía porque las reservas en los principales embalses se hallan al 54% de su capacidad (375 hectómetros cúbicos) y descienden con velocidad ante la ausencia de lluvias. Los embalses catalanes de la cuenca del Ebro están a un nivel similar, aunque con un retroceso más lento al ya haber concluido la campaña de riego.

La prealerta, que se decreta cuando las reservas bajan del 60%, no tiene unos efectos notables sobre la gestión del agua, pero sí significa un toque de atención. Jordi Molist, director del Área de Abastecimiento de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), explica que la principal medida es que la producción de agua desalinizada comienza a incrementarse progresivamente con el objetivo de mantener las reservas de agua en los embalses.

Las desalinizadoras del Llobregat-El Prat y el Tordera, que en situaciones sin escasez operan al 10% debido a los costes económicos, funcionan actualmente al 30%. "Estas y otras actuaciones están pautadas por unas directrices generales que las compañías explotadoras han de aplicar forzosamente", añade. Si las reservas bajan del 50%, entonces ambas plantas de pondrán al 70%.

Mal, pero ligeramente mejor que el año pasado

La situación actual en los embalses es ligeramente mejor que la del año pasado por estas fechas, aunque las previsiones meteorológicas no son nada halagüeñas, con al menos una semana más sin perspectivas claras de lluvia. Es habitual que a principios de otoño se alcance el mínimo de la temporada tras la demanda veraniega (agricultura, turismo, mayor evaporación por las altas temperaturas) y que luego los temporales de octubre y noviembre reviertan la situación, "pero es mejor estar preparados", advierte Molist. Las reservas actuales garantizan el suministro para al menos seis meses en el caso hipotético de que no lloviera nada. "Ahora entra poca agua, pero no hay grandes consumos", prosigue.

Así, además de aumentar la actividad de las desalinizadoras, cuando se baja del 60% en las reservas también "se realizan acciones de información y sensibilización orientadas a favorecer el ahorro", destaca la ACA. "Es importante -afirma el responsable de Abastecimiento- que los ciudadanos tengan conciencia de que el agua es un recurso que se agota y hay que proteger". Asimismo, se comprueban las captaciones subterráneas (más de 300 pozos) para complementar el abastecimiento, el funcionamiento de los sistemas de reutilización (por si fueran necesarios) y los planes de emergencia de los entes locales, entre otras medidas.

Dentro de las Cuencas Internas, los pantanos que se encuentran en peor estado son el de Darnius-Boadella, en el Alt Empordà, con las reservas al 38%, y el más pequeño de Riudecanyes, en la comarca del Baix Camp, que está al 22%. Los grandes embalses del Ter y el Llobregat tienen una ocupación que oscila entre el 53% y el 59%

Aunque puede variar según el mes, la fase de alerta llegaría en caso de que las reservas se situaran por debajo del 40%. Si se llegara a ese porcentaje se reducirían las extracciones de los embalses, se prohibirían los usos exclusivamente de generación hidroeléctrica, se incrementaría la explotación de pozos en desuso y se daría un impulso a la reutilización.

Una de las opciones en el área de Barcelona sería remontar mediante una cañería de 15 kilómetros (ya existente) las aguas que la depuradora de El Prat vierte en la desembocadura del Llobregat. Una vez alcanzaran Molins de Rei, se añadirían al cauce para ayudar a recargar el acuífero y aumentar los recursos disponibles para abastecimiento urbano, entre otros motivos.