Alumnos catalanes transforman 70.000 litros de aceite en biodiésel

Muchos motores pueden funcionar con simple aceite de girasol, pero la ley lo prohíbe

Un surtidor de carburante.

Un surtidor de carburante. / periodico

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Muchos coches diésel pueden funcionar con simple aceite de girasol. Muchos motores actuales pueden funcionar con biodiésel. El proyecto europeo Educo, iniciativa de la Fundación CTM Centro Tecnológico -miembro de Eurecat-, ha conseguido transformar 70.000 litros de aceite recogido por alumnos de casi 170 centros escolares catalanes en aproximadamente 66.000 litros de biodiésel.

Esta transformación ha sido posible gracias a la recaudación que han llevado a cabo los más de 35.000 alumnos de 70 poblaciones catalanas que han participado en los 600 talleres impartidos como parte de esta iniciativa, financiada por el programa Life de la UE y que tiene como objetivo demostrar la viabilidad del uso de los biocombustibles frente a los combustibles convencionales fósiles. La viabilidad de los biodiésel caseros choca de plano con las normativas actuales, que prevén multas para los conductores que osen utilizar combustibles libres de impuestos de hidrocarburos (que suponen más del 50% de los costes).

ACEITE DE GIRASOL COMO COMBUSTIBLE

Sin embargo, muchos automóviles son capaces de tragar una simple botella de girasol como si fuera combustible diésel y que el motor no perezca. Pero el riesgo existe. el aceite tiende a disolver literalmente el caucho natural y algunos manguitos pueden degradarse con velocidad. Otro inconveniente es que en caso de temperaturas bajas el aceite tiende a solidificarse. En el caso de utilizarse aceite procedente de fritos es necesario afrontar procesos de filtrado para evitar que partículas sólidas destruyan el interior del motor. Los motores sobrepotenciados con turbo no suelen ser aptos para el uso de aceites sencillos como combustibles. 

Los resultados de este proyecto Educo se han destinado a la construcción de una planta piloto para el tratamiento de aceites y limpieza de los envases y para el diseño y elaboración de un contenedor específico para recoger los aceites usados, así como para su utilización en los vehículos destinados a la recogida de aceites y nuevos puestos de trabajo. Asimismo, "ha demostrado la viabilidad del sistema de recogida de aceites de cocina en los centros educativos para su posterior utilización como materia prima en la producción de biodiésel" y "ha contribuido a la sustitución a larga duración de los combustibles fósiles por biocombustibles con la finalidad de avanzar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero".

Más concretamente, el Eurocat ha recordado que cada año se vierten en Catalunya 30.000 toneladas de aceite de cocina en las cañerías que, con los tratamientos adecuados, podrían ser transformadas 25.000 toneladas de biodiésel.