Miguel Guillén: "Una España en Común es posible"

El politólogo mataronense presenta el libro 'Podemos - Izquierda Unida. Del desamor a la confluencia'

El politólogo de Mataró Miguel Guillén, autor de 'Podemos-Izquierda Unida. Del desamor a la confluencia'.

El politólogo de Mataró Miguel Guillén, autor de 'Podemos-Izquierda Unida. Del desamor a la confluencia'. / XAVIER PUIG

XAVIER PUIG SEDANO / MATARÓ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De los botellazos a los botellines. Este es el camino que describe el politólogo y antiguo secretario de organización de Iniciativa per Catalunya en Mataró, Miguel Guillén (Mataró, 1980), en 'Podemos-Izquierda Unida. Del desamor a la confluencia '. Un libro que quiere poner luz en el como, partiendo de un contexto más o menos hostil, se ha llegado al conocido como 'Pacto de los botellines' con el que se fraguó la coalición Unidos Podemos. Sin duda, Alberto Garzón y Pablo Iglesias fueron los dos máximos baluartes de este tránsito y es este hecho el que toma el relato para explicar el camino hacia la gran coalición de la izquierda en España. Hablamos con su autor, que presentará el libro el viernes 24 a las siete de la tarde en la biblioteca Pompeu Fabra, acompañado de la prologuista y senadora de En Comú Podem, Maria Freixanet.

¿Es posible una España en Común?

--Creo que sí. Se han empezado a poner las bases, cosa que parecía imposible hace 3 años. El espacio a la izquierda del PSOE tiene 71 diputados ahora, algo que sería impensable hace unos años. Creo que una España en común es posible. En las primeras generales de 2015 no lo fue por razones obvias. Podemos tenía la intención de contarse, de saber cuál era su correlación de fuerzas. Esto es legítimo, pero en la segunda se vio que era inevitable esta coalición entre Podemos e Izquierda Unida (IU). En el libro intento transmitir que hay que dar un paso más en esta coalición. Sin que los partidos pierdan su identidad, deben unir fuerzas y centrar su actividad pensando en la confluencia, en el trabajo en común. IU aporta un capital muy importante que es que durante muchos años eran prácticamente los únicos que plantaban batalla y Podemos aporta la capacidad de recoger toda esta indignación que había en la sociedad y que se plasmó en el 15M.

¿Qué pasos crees que se deben hacer a partir de ahora para llegar a esta fórmula?

--No podemos olvidarnos de una cosa: está muy bien trabajar en la institución pero no hay que descuidar el trabajo en la calle. Toda la gente que cree que es necesario un cambio a nivel del estado debe tener claro que debe seguir trabajando en los movimientos sociales. La gente tiene que estar en las AMPAS de los colegios de sus hijos, en las mareas blancas, en los sindicatos de clase.

¿Cómo se crea esta base a partir de un pacto que se ha hecho más desde arriba que no desde la calle?

--Creo que se ha hecho de arriba a abajo por la situación, porque a toda prisa se debe afrontar una segunda vuelta de las elecciones cuando no hay investidura. No había tiempo material para hacer nada más. Se hizo una negociación entre partidos, es así. Ahora, que en el horizonte no hay elecciones generales, es el momento de ponerse a trabajar. Podemos ya ha cerrado su debate interno y debe centrarse en construir este nuevo sujeto político.

¿Y cree que se está haciendo este trabajo?

--Tengo la sensación de que sí. Sé que en diferentes pueblos y ciudades la gente ya trabaja de manera normal como UP. Esto ocurre porque la gente ya se ha ido encontrando en los últimos tiempos. Ya se han creado lazos a nivel personal que hacen que sea mucho más fácil trabajar. Los partidos creo que han estado muy ocupados definiendo su estrategia particular y ahora, una vez acabado Vistalegre II, es el momento en que se pondrán a trabajar en serio para construir el nuevo sujeto político.

Precisamente a nivel local puede que tengan que trabajar juntas personas que han competido electoralmente y tienen mal clima...

--Dónde se ha ganado es porque se ha confluido primero. Hay casos donde esto no fue posible y no se ha ganado. Creo que la idea de fondo debe ser esta. Es cierto que ha habido momentos de tensión porque han estado compitiendo electoralmente y ahora han tenido que hacer campañas juntos. En el libro me centro mucho en las disputas entre IU y Podemos y como IU vive el surgimiento de Podemos con desconfianza, porque dicen "¿toda esta gente que sale de repente, donde estaba hasta ahora, porque yo estaba y me sentía solo?".

Desde Podemos se hacía una crítica a toda la clase política preexistente y en algunos momentos también se ponía en el mismo saco a IU. Pablo Iglesias fue cuidadoso, pero había momentos en que ponía en evidencia lo que había hecho mal la izquierda alternativa tradicional. ¿Cómo, una gente que han terminado confluyendo, durante los meses anteriores se habían dicho de todo a nivel público? Manolo Monereo lo dice de forma muy clara. Para mucha gente, a la hora de ir a votar UP, le parecía extraño votar un partido donde hay gente que se había estado atacando mutuamente.

¿Qué quieres transmitir con el libro?

--La idea que quiero trasmitir es que hay que fijarse en lo que nos une y no en lo que nos separa. Al final dedicar todo el tiempo a conflictos internos acaba haciendo que mande la derecha. Hay ahora dos líderes en Podemos y en IU que lo tienen claro. Es gente que ve claro que se debe caminar hacia la cooperación. La idea es esta, donde se ha ganado es porque se ha confluido. El título del libro es del 'desamor a la confluencia'. Yo hablo de todo el desamor, pero creo que tenemos que tener claro que tenemos que ir hacia la confluencia.

Más noticias de Mataró