The Big Gag

¿De qué está hecha la risa? ¿Cuáles son sus ladrillos? Si al estudio del humor radiofónico se le aplicara el método científico, sabríamos que su protón, neutrón y electrón son el tridente que conforma el programa 'Especialistas secundarios'.

The Big Gag_MEDIA_1

The Big Gag_MEDIA_1

JUAN CARLOS ORTEGA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si en el estudio del humor se aplicara el método científico, sin duda todos querrían saber cuál es su constituyente último. ¿De qué está hecho el humor? ¿Cómo son los ladrillos que lo forman? Me imagino a toda una colección de investigadores examinando al microscópio situaciones graciosas, intentando hallar el diminuto elemento que las construye.

Tal vez incluso se habría desarrollado una escuela de pensamiento cuyo origen podríamos situar en la antigua ciudad de Abdera. Allí, un Demócrito de la risa habría apostado por la existencia del átomo de humor, una minúscula partícula indivisible que hábilmente combinada con otros miles de millones sería capaz de generar toda la variedad de la comedia universal.

Imagino después una larga edad media que olvidaría al viejo sabio griego, llena de pensadores alargados apostando por un elemento místico detrás de la carcajada. Tras este periodo, una revolución científica volvería sobre los pasos del antiguo atomismo, pero con una novedad magnífica: la experimentación. Científicos de la risa colocarían trocitos de bromas en balanzas, las alterarían añadiéndoles dosis de seriedad hasta evaporarlas y después pesarían las diferencias por separado.

Tras muchos años y numerosos intentos, un genio de Cambridge, el J. J. Thomson del humor, descubriría una partícula diminuta escondida siempre detrás de toda sonora carcajada. Sin duda, le pondría el nombre de Armand.

Otros científicos, empleando la lógica, deducirían que Armand no puede ser el único constituyente de la gracia, porque unas bromas más pesadas parecían ocupar el centro de los gags sometidos a estudio.

Todo sería gracias a un corpulento y bonachón científico, el Rutherford del humor, que dispararía miles de partículas Armand sobre un finísimo 'sketch' de oro. Descubriría así, lleno de emoción, que el núcleo de la risa está formado por dos tipos de partículas, a las que acabarían bautizando con los nombres de Iñigo y Nanhe. A esa combinación de tres elementos, la comunidad científica le daría el nombre de Especialistas Secundarios o Átomo Humorístico.

Me preguntaba al principio de qué estaba hecho el humor, cuáles eran sus ladrillos. En España, el humor radiofónico está formado por estos tres locos de la foto. Son el protón, el neutrón y el electrón de la risa. Cada uno tiene su misión en el átomo. Uno es neutro y cohesiona, con el fin de mantener unido el núcleo, y los otros dos, de signos opuestos, se alternan alocadamente, girando como planetas para mantener el equilibrio.

El átomo 'Especialistas secundarios' lleva años combinándose entre sí, desplegándose para fomar un cosmos humorístico de una riqueza que todos deberíamos valorar más.

Sí, ya lo sabemos; ahora nos dicen que ni siquiera ellos son esenciales, que están formados por humoristas quarks mucho más pequeños, y estos a su vez por delgadísimas supercuerdas de la risa que vibran en un una comedia de 11 dimensiones surgida tras el Big Gag. Pero nadie ha visto una supercuerda. La teoría es magnífica, pero no hace predicciones. Así que, de momento, disfrutemos con el protón, el neutrón y el electrón. Todos los miércoles a la 1.30 de la madrugada, en la cadena SER. Disfrutemos con los 'Especialistas' y deseemos que jamás se peleen, que sigan siendo amigos para evitar la fisión atómica.