La Barcelona 'connection' de Salvador Sobral

El último vencedor de Eurovisión, que acaba de interrumpir su carrera por problemas de salud, sigue vinculado a la banda Noko Woi que fundó en la capital catalana

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CARLES SAVALLS

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Influencia del pop clásico, de la electroacústica y del jazz. Y, para su segundo disco, algo de ritmo latino. Así define su música la banda barcelonesa Noko Woi, nombre que en warao, una lengua nativa venezolana, significa «escuchar alrededor». El grupo es uno de los proyectos en que hasta hace muy poco ha andado metido Salvador Sobral, último ganador del Festival de Eurovisión, pero los graves problemas cardíacos del artista, que necesita un trasplante, le han obligado a abandonar momentáneamente su carrera.

Noko Woi nació en el 2014, cuando el Sónar invitó al músico y productor Leo Aldrey a formar parte de su cartel. Nacido en Venezuela pero catalán de adopción, Aldrey quiso aprovechar la oportunidad para tejer un proyecto artístico que combina composición musical, el virtuosismo vocal del vencedor de Eurovisión y las creaciones en videoarte que acompañan sus actuaciones. «Los nuestros son conciertos multidisciplinares», asegura Sobral en conversación con EL PERIÓDICO.

Estudió en el Taller de Músics, donde entabló amistad con Leo Aldrey, con el que aún compone

Él y Aldrey se conocieron cuando estudiaban en el Taller de Músics de Barcelona. «Escuché a Salvador en una 'jam session' enfrente de la escuela y me quedé loco. Nunca había visto una persona tan joven cantar jazz con tanto 'feeling' y expresividad. Al día siguiente me lo crucé en la cafetería y me di cuenta de que, además, era un tipo simpático, abierto y sincero. Le dije: ‘¡Vamos a hacer música juntos!’», explica Aldrey a este diario. Y la hicieron. La puesta a punto de la banda antes de su debut en el Sónar fue muy apresurada. Noko Woi solo había ensayado tres veces. Después llegarían el debut discográfico, en noviembre de 2014 ,con un concierto en la Sala Barts, y el premio como finalista del festival Bala Perduda 2016, organizado por la Sala Apolo.

La victoria en Eurovisión había llenado la agenda de Sobral con una gira de conciertos por todo Portugal, que ahora se verá interrumpida. Por eso, el grupo, en los últimos meses, ha estado trabajando en la composición de nuevos temas en lugar de actuar. Aldrey y Sobral se reunieron en Lisboa el pasado junio, donde grabaron los próximos dos 'singles' de la banda, que serán un avance de su nuevo disco, y trabajaron en otro par de temas que el portugués incluirá en su repertorio como solista cuando regrese al ruedo.

Salvo que sus problemas de salud se lo impidan, el triunfo en Eurovisión no ha variado el planteamiento que el portugués hace de su carrera: «Me gustaría continuar con todos mis proyectos». Como poner voz al último disco de la banda Alexander Search o interpretar con el grupo Alma Nuestra grandes clásicos de la música cubana y argentina. Sobral no se ve componiendo en solitario, ni para él ni para Noko Woi: «Tengo muchas limitaciones; soy mucho mejor intérprete que compositor. Para eso cuento con Leo Aldrey, que tiene un talento increíble y siempre me empuja y me motiva para que escriba». El dúo ya escribió siete de las 12 canciones de 'Excuse me', el primer disco de Sobral, publicado en agosto del 2016.

El valor del directo

A Sobral, Eurovisión le sorprendió por el uso que hace de la música en pro del espectáculo televisivo. Le chocó ver que algunos países «ponían los coros cantando detrás del escenario; ahora está de moda que solo el cantante esté ahí arriba, con lo que los coristas ya no son 'background singers' sino 'off-the-stage singers'. Es preocupante; los coristas son muy importantes y ahí quedan completamente relegados». El cantante da valor al directo, que incluye interactuar con los músicos y las voces de apoyo; una magia que permite a un pianista improvisar notas y al intérprete, voces.   

Es su concepto de arte, el mismo que ha querido transmitir Noko Woi. Las declaraciones de Sobral tras alzarse con la victoria en Eurovisión fueron explosivas:  «La música no es fuego de artificio»; un dardo envenenado hacia la música comercial. «Hoy todo el mundo sigue cantando música que, en mi opinión, no es buena y no tiene ningún tipo de significado. En la radio, solo te escupen música tipo chicle, que te entra pero que te cansa a los dos minutos». 

En Eurovisión, Sobral batió el récord de puntos cantando un tema nada festivalero en portugués, solo en el escenario y sin más voz que la suya durante su actuación, sin coreografías ni efectos visuales. Reivindica un cambio «en la mentalidad de los consumidores; que no necesiten saber sobre la vida privada de los artistas y que empiecen a escuchar música con un poquito de contenido; música por la música y no por la figura que hay detrás de quien la interpreta». Por eso, concluye, «me gusta pensar que haber ganado Eurovisión es un paso adelante de la música seria. Si mi victoria ayudó, ni que sea un 0,2% a cambiar esta dinámica, entonces, ¡bienvenida sea!».