La pobreza energética, cuestión de derechos

La incapacidad para satisfacer los recibos de la luz, el agua y el gas impiden hacer una vida normal; convirtiendo en extraordinarios gestos tan cotidianos y básicos como encender el fuego para cocinar, poner una lavadora, ducharse o calentarse con una estufa. "En los últimos años ha aumentado el número de personas que han impagado dos o más facturas de suministros básicos. Hemos pasado de un 2,4% de la población española en el 2008 con problemas para pagar los suministros al 6,1% en el 2014", explica el investigador Sergio Tirado, basándose en los últimos datos de la Asociación Ciencias Ambientales. "Se empieza a hablar de pobreza energética en la Europa continental a finales de los 2000, en plena crisis. Se reconoce este fenómeno como una problemática diferenciada a la pobreza monetaria", añade el especialista en pobreza energética del RMIT Europa y la Universidad de Manchester.

La mayoría de los expertos coinciden en la confluencia de elementos estructurales para explicar las causas del fenómeno: el precio de la energía, la eficiencia energética de los edificios y, sobre todo, el modelo energético del país. "Actualmente existe un modelo energético que permite que unas pocas empresas privadas tengan beneficios de miles de millones mientras mucha gente permanece desconectada", cuenta Tirado, quien considera imprescindible poner el foco en las personas más vulnerables. Solo así, continúa, se puede alcanzar un "equilibrio entre eficiencia y equidad".

En este sentido, el Parlament de Catalunya aprobó en julio de 2015 una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de medidas urgentes para hacer frente a la emergencia habitacional y la pobreza energética. "Con esta ley, conocida como 24/2015, se garantizan los suministros básicos en los hogares más vulnerables", subraya el experto. Esta ley se sumaba al Codi de Consum aprobado por la ley 22/2010, que reconocía los derechos de las personas consumidoras a obtener una protección especial; una ley que tiene como espejo directivas europeas del 2009 que obligan a los Estados miembros a adoptar las medidas oportunas para proteger a los clientes vulnerables. Sin embargo, el marco legal no ha podido evitar que unas 7.000 personas muriesen en el Estado Español como consecuencia de la pobreza energética. Son datos de la plataforma Aliança contra la Pobresa Energética (APE), cuyo objetivo principal es luchar por la garantía del acceso universal a los servicios básicos: agua, luz y gas.

PLATAFORMA

Los miembros de la APE asesoran, acompañan, a las personas que sufren la pobreza energética en cualquiera de sus estados, más o menos avanzados. Se reúnen cada 15 días en la sede de la FAVB (Obradors, 6). "Queremos que la gente conozca sus derechos y que aprenda a ejercerlos", explica José Luis Jacas, uno de los miembros de la plataforma, quien define las asambleas quincenales como un "espacio de refuerzo, de confianza". "No somos abogados, pero en la APE tenemos los documentos necesarios para conseguir superar esta situación. Hemos pasado por esto, hemos salido y nuestra experiencia es fundamental para el resto",añade Jacas.

PASOS A SEGUIR

En la plataforma, como en los Puntos de Asesoramiento Energético (PAE) del ayuntamiento, se explican todos los pasos a seguir en caso de tener problemas para pagar las facturas o sufrir un corte de suministro. En todos estos casos es fundamental la intervención de Servicios Sociales, pues son los encargados de acreditar que una persona o familia se encuentra en situación de vulnerabilidad. "Las empresas suministradoras tienen ayudas para los hogares vulnerables y os las tienen que ofrecer por Ley", explica a los asistentes a la asamblea Lucía Navarro, de la APE, quien recuerda que las compañías deben avisar siempre antes de cortar el suministro. Es el llamado 'Principio de precaución'.

El perfil es muy heterogéneo, pero la pobreza energética es un problema social que afecta sobre todo a ancianos, personas con dependencia y familias monoparentales femeninas con personas a su cargo. Yolanda Yeste, con dos niñas a su cargo, se encuentra en el tercer grupo. "Vivimos con un subsidio de 426 euros. Me llega justo para pagar las facturas, pero seguimos pasando frío. Usamos varias mantas para no encender la calefacción", explica Yeste, muy agradecida a la APE: "Me he sentido arropada y me ha empoderado".

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Asesores energ\u00e9ticos\u00a0","text":"El Ayuntamiento realiz\u00f3 una prueba piloto con Puntos de Asesoramiento Energ\u00e9tico (PAE), durante cinco meses, y se atendieron unos 3.100 hogares, el 60% de los cuales padec\u00eda la pobreza energ\u00e9tica. En estas oficinas (situadas en Nou Barris, Sant Andreu, Sant Mart\u00ed y Sants-Montju\u00efc.) se informa a las familias con dificultades de c\u00f3mo deb\u00edan gestionar las ayudas a las que tienen derecho y c\u00f3mo acceder a las subvenciones para mejorar la eficiencia energ\u00e9tica del hogar. Esta red se ampliar\u00e1 pr\u00f3ximamente con otros seis PAE.\u00a0"}}

Páginas de información de la ciudad realizadas con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona.