Una lección no aprendida

De los antedecentes de suicidio, el del 2013 en Mozambique fue calcado al de los Alpes

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Los siniestros han sido uno de los principales motores de la mejora en la seguridad de la aviación. De cada accidente se aprende para que no vuelvan a repetirse. Pero no siempre es así. La tragedia de los Alpes se produjo hace un año y medio en idénticos términos, con un capitán aporreando la puerta bloqueada y un copiloto suicida dirigiendo la nave hacia la muerte sin que nadie tomara nota. La compañía era africana y la mayoría de las víctimas también.

UN COPILOTO DEPRIMIDO

Se encerró en la cabina y se estrelló

El vuelo 470 de LAM (Líneas Aéras de Mozambique) se estrelló en noviembre del 2013 se estrelló con 33 personas a bordo en una zona selvática del Parque Nacional de Bwabwata, al norte de Namibia, cuando cubría la ruta entre Maputo y Luanda. Las primeras indagaciones apuntaron hacia el mal tiempo reinante pero en las grabaciones de cabina pudo oírse como alguien aporreaba repetidamente la puerta de cabina y gritaba que le dejaran entrar.

El grabador de datos reveló posteriormente que en un determinado momento el primer oficial dejó los mandos. Entonces se escucha la puerta abrirse y cerrarse, con lo que se dedujo que salió para ir al baño. Cuando regresó ya no pudo entrar. El avión caía en picado y ya no se oyó nada más. ¿Les suena de algo? Al investigar al copiloto se descubrió que hacia un año había sufrido un conflictivo proceso de divorcio durante el cual se suicidó uno de sus tres hijos. A raíz de ello sufrió varias crisis depresivas pese a lo cual le dejaron seguir volando. Entre los fallecidos figuraban 19 africanos, cinco portugueses, un francés, un brasileño y un chino.

EGYPTAIR 1999

Lanzado en picado hacia el Atlántico

También fue producto de un suicidio la caída al Atlántico en 1999 de un Boeing 747 de la compañía EgyptAir con 217 personas a bordoEl copiloto, Adel Anwar, de 36 años, hizo caer el aparato en picado, casi a la velocidad del sonido, dos horas después de partir de Nueva York. «Solo dependo de Dios», se le oyó musitar antes de iniciar la caída. Luego invocó a Alá varias veces. En este caso aprovechó que el capitán se había ido a descansar pero no pudo evitar que entrara en la cabina cuando percibió la maniobra. El suceso ocurrió el 31 de octubre de 1999, antes del 11 de septiembre del 2001, así que la puerta de la cabina aún no estaba blindada. Pero tampoco esto sirvió de mucho. El capitán le preguntó qué pasaba y ante la falta de respuesta tomó sus mandos para remontar el vuelo, mientras el copiloto insistía en la maniobra suicida y conseguía su objetivo.

El suicida había sido objeto de represalias por la compañía por un comportamiento sexual irregular pero no se detectó que perteneciera a ninguna organización fundamentalista. Los investigadores egipcios discreparon de la tesis del suicidio pero los norteamericanos lo certificaron sin ningún género de dudas.

EL MISTERIO DEL ÍNDICO

Sospechas no confirmadas

Hay varios casos sospechosos que no han podido confirmarse. El más llamativo es el del desaparecido vuelo de Malaysia Airlines MH370 del 8 de marzo del año pasado. La más reciente versión oficial apunta a un acto deliberado llevado a cabo por uno de los pilotos aunque con una variante respecto al Germanwings. El suicida habría activado voluntariamente la descompresión de la cabina a gran altura con el objetivo de matar a tripulantes y pasajeros tras programar el piloto automático para que el aparato se perdiera en el Índico. Otros expertos creen que la descompresión fue fruto de una avería. Nada podrá comprobarse mientras sigan sin hallarse los restos.

Una caso curioso es del Silkair 185 en 1997 en Indonesia. Tras tres años de pesquisas, los investigadores norteamericanos dictaminaron suicidio, aunque la autoridades indonesias discreparon. Posteriormente se demostró que estas últimas tenían razón.

El caso más próximo a España ocurrió en Marruecos. Younes Khayati, piloto de Royal Air Maroc, estrelló su avión con 43 personas a bordo debido a una depresión causada por temas amorosos. Lo último que se escuchó fue al copiloto pedir ayuda y dejar una frase inacabada: «El piloto está...» .