CUMBRE DE LA DERECHA BRITÁNICA

Traición y escándalo en el congreso de los 'tories'

Cameron aplaude en la conferencia del Partido Conservador, ayer en Birmingham.

Cameron aplaude en la conferencia del Partido Conservador, ayer en Birmingham.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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La última conferencia anual de los conservadores británicos en Birmingham antes de las próximas elecciones generales no pudo comenzar ayer de peor manera. En pocas horas, David Cameron hubo de afrontar una doble crisis. Primero fue la  fuga de un diputado euroescéptico al Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP). Poco después llegó la dimisión de un miembro del Gobierno por un desvarío erótico con una falsa simpatizante.

Brooks Newark, de 56 años, secretario de Estado para la Sociedad Civil, casado y padre de cinco hijos, dejó el cargo súbitamente la noche del sábado. El dominical  prolaborista Sunday Mirror se disponía a publicar la historia de  una foto enviada por él a una supuesta militante, en la que el político aparecía desnudo. La supuesta admiradora, con la que creyó haber ligado, resultó ser una reportera que le había tendido una trampa. El paso en falso le costó el puesto a quien siempre había pasado por ser un firme defensor de los derechos de la mujer.

Horas antes de aceptar la dimisión de Newark, Cameron había encajado un golpe mucho más peligroso. El diputado euroescéptico Mark Reckless anunció su fuga al UKIP ante un Nigel Farage exultante y la euforia de los simpatizantes que asistían al cierre de su congreso en Doncaster. Furioso, el presidente de los conservadores, Grant Shapps, acusó a Recklees de «traición». «Miente, miente, miente», declaró en la  apertura de la conferencia de los tories, difundiendo la grabación de un mensaje dejado dos días antes por Reckless, confirmando su presencia en Birmingham. «Has abusado de nuestra confianza. Nos has engañado». Cameron fue algo más comedido y calificó la fuga de gesto «sin sentido y contraproductivo».

VIENTO A FAVOR / Reckless es el segundo conservador en un mes que se pasa al UKIP de Farage. Ahora, tras dimitir, se dispone a completar la faena, defendiendo bajo la nueva etiqueta política su escaño en Rochester and Strood. en una elección parcial, que tendrá lugar probablemente en noviembre. «Creo que en el UKIP van a cambiar las cosas y voy a dar la voz a mis votantes» señaló.

Otro  diputado tory, Douglas

Carswell, que se marchó a principios de este mes al UKIP, hará exactamente lo mismo y volverá a competir por el escaño que tenía en Clacton el próximo 9 de octubre. Los sondeos le dan como favorito y puede convertirse  en el primer diputado del UKIP en el Parlamento de Westminster. Farage cree tener el viento a favor y espera, según dice, nuevas defecciones de diputados desengañados con sus líderes. «Hay una sensación de que los dirigentes políticos laboristas, liberaldemócratas y conservadores se han vuelto tan completamente sordos a lo que quiere la opinión publica que no me extrañaría que hubiera otras deserciones».

La amenaza que el UKIP representa para los conservadores es cada vez más evidente y pone en peligro la lucha de Cameron por la mayoría absoluta que quiere lograr en las elecciones de mayo. Una mayoría que de momento las encuestas otorgan a la oposición laborista. El primer ministro confía en aprovechar la conferencia, en la que intervendrá el miércoles, para levantar la moral de los militantes con un mensaje positivo y esperanzador, basado en la recuperación económica. Ayer admitió, sin embargo, que el inicio del gran cónclave «no ha sido ideal».