'Je suis d'Horta'

«No nos pilló por sorpresa, pero no pensábamos que sucediera tan rápido. Creíamos que continuaría algún tiempo más en el Ministerio del Interior, donde estaba cómodo y feliz. Él mismo nos llamó para comunicarnos la noticia».Giovanna Valls, hermana del flamante primer ministro francés, Manuel Valls, nombrado el pasado lunes por François Hollande tras la debacle electoral socialista en las municipales, sigue aún en la nube. En Horta, el barrio de Barcelona donde vive desde hace años y donde nació el carismático político, no paran de felicitarla. Los vecinos, entusiastas, han redescubierto a uno de sus hijos célebres, aunque fuera un poco por casualidad.

Y es que Manuel Valls Galfetti, hijo del pintor exiliado Xavier Valls y de Luisangela Galfetti, una suiza del Ticino, nació aquí durante uno de los veraneos habituales de la familia. Sucedió el 13 de agosto de 1962, cuando sus padres ya hacía tiempo que se habían instalado en París. «Mi padre decidió marcharse en 1949 por razones artísticas, no por motivos políticos», insiste en aclarar Giovanna.

Sin embargo, la familia Valls nunca renunció a sus orígenes y por ello acudía a Horta cada verano. Manuel vio la luz en la clínica La Ferroviaria, hoy residencia de ancianos, de la calle Campoamor, ayudado en el parto por su tío Magí Valls, y el pediatra Antoni Gutiérrez Díaz, el Guti, que fue secretario general del PSUC. Lo bautizó, en la iglesia de Sant Joan, mosén Antoni Verdura, toda una institución en el barrio.

Su infancia y adolescencia están íntimamente ligadas a la casa modernista que sus padres compraron en 1963, muy cerca de La Ferroviaria. «En Horta vivimos los mejores momentos de la adolescencia», explica Giovanna. «Las primeras fiestas, las cenas bajo las estrellas, las despedidas del verano... En este jardín -señala- Manuel dio el primer beso a una chica». Aquí, en la calle Salses, era donde la familia solía reunir a amigos y familiares, y a muchos de sus 28 primos, entre ellos la ilustradora Roser Capdevila Valls, creadora de Les tres bessones. Y fue donde el ahora primer ministro empezó a forjar su personalidad. «Era muy temperamental, pero algo reservado. Le apasionaban el ajedrez y la lectura. A los 13 años ya se había leído todas las biografías políticas de la biblioteca», cuenta Giovanna.

En el salón, rodeada de cuadros y antiguas fotos familiares, la hermana de Manuel apunta sus cualidades: «Es inteligente y ambicioso, y un gran comunicador. Lleva la política en la sangre, y siempre ha sido honrado y sincero», resume.

No muy lejos, en el Club de Tennis Horta, fundado por el abuelo de los Valls en 1912, le recuerdan como un chico muy espabilado. «Sabíamos que llegaría lejos», afirma José María Matute, de 86 años, gran amigo de la familia y socio con carnet número uno del club. «Solía jugar con mis sobrinos, y a menudo se iban de excursión».

Entorno catalanista

Aun en París, Manuel Valls creció en un ambiente culé y catalanista. «En casa siempre hablamos en catalán, y lo seguimos haciendo», explica Giovanna, que recuerda que un primo de su padre, Manuel

Valls Gorina, fue quien compuso el himno del Barça, club del que es ferviente seguidor y que prevé invitarlo oficialmente, si no lo ha hecho ya, a la tribuna del Camp Nou.

De visita al mercado, a Giovanna la siguen felicitando. Una tienda de camisetas local le ha enviado a Manuel una con un lema orgulloso: Je suis d'Horta