CAMBIOS LEGALES EN EL LEJANO ORIENTE

Seúl acepta la infidelidad

Corea del Sur deroga la norma que penalizaba las relaciones extramatrimoniales con hasta dos años de cárcel La cotización del principal fabricante de condones se dispara en la bolsa

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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Y a la quinta fue la vencida. Los surcoreanos se libraron ayer de una mohosa ley que castigaba una cana al aire con hasta dos años de cárcel. Quizá la infidelidad sea inmoral pero no ilegal, sentó el Tribunal Constitucional.

La norma no era demencial cuando fue dictada 60 años atrás: buscaba un escudo legal a las mujeres en una sociedad machista donde los hombres proveían y los divorcios escaseaban. Sí lo era ahora: travestida en frecuente venganza de mujeres abandonadas, limitadora de la libertad personal y a contrapelo con algunos de los rascacielos más impresionantes de Asia, una sociedad altamente tecnificada y las escenas cotidianas en discotecas de Seúl.

Sigue vigente un acentuado sentido familiar y religioso (solo Filipinas rivaliza con Corea del Sur en porcentaje de católicos en Asia), pero muchos abominaban de una ley que colocaba al país en la división islámica. Cuatro veces había examinado el alto tribunal el artículo 241 del código penal desde 1989. En la última revisión del 2008 aún decidió que la norma sostenía «la percepción de que el adulterio daña el orden social e infringe los derechos ajenos». Por aquellos días el debate social alcanzó su cúspide con la condena de la actriz Ok So-ri. El tribunal no estimó como justificante que estuviera atrapada en un matrimonio sin amor.

La ley se mueve lenta en Corea del Sur y aún entorpece la cancelación de matrimonios infelices. Un juez aclaró en el 2010 que el rechazo al sexo de un cónyuge no justifica el divorcio.

Siete de los nueves jueces que deliberaban ayer acordaron que violaba la libertad individual y el derecho a la privacidad.

Es previsible la ira de los sectores más conservadores. Un sondeo del oficial Instituto Coreano del Desarrollo de la Mujer mostraba que el 60% de las personas encuestadas defendían el castigo penal de la infidelidad pero el 63% se oponía al encarcelamiento. Solo el 9% pedía su descriminalización.

Los que anticiparon un apocalipsis de libertinaje miraron aterrados a la bolsa. Las acciones de Unidus, el mayor fabricante nacional de condones, aumentaban el 15%. Hyundai Pharmaceutical, especializada en píldoras del día después y tests de embarazo, terminaba su flaccidez bursátil de los últimos meses con una tremendísima subida del 9,7%.

Más de 35.000 surcoreanos infieles han terminado entre rejas desde 1985, pero el sentido común había desinflado la ley. Aún 48 adúlteros fueron encarcelados en el 2008. Desde entonces, apenas 22. Ninguno de los 900 condenados el pasado año pisó la prisión. El Tribunal Constitucional tan solo derribó ayer una ley que ya era papel mojado.

Filipinas y Taiwán

Existen pocos países no musulmanes que criminalicen el adulterio. En Asia son Corea del Norte (la falta de libertad sexual es consecuente con el panorama general), Filipinas (tradicional, rural y económicamente atrasada) y Taiwán, única que comparte el cóctel surcoreano de tradición y modernidad.

La isla subrayó su esquizofrenia legal dos años atrás: un joven playboy que drogó y violó a una decena de mujeres fue condenado a 22 años de cárcel. Días más tarde, una adúltera recibía 298 años por haberse acostado con su vecino cinco años. El juez estimó que fueron 894 encuentros, sin explicar el criterio contable, y los multiplicó por cuatro meses. Fue misericordioso porque la ley contempla hasta un año por engaño.