RETORNO DE UN PESO PESADO EN FRANCIA

Sarkozy regresa a la primera línea política

El expresidente francés se postulará como candidato a dirigir la UMP en vistas a las presidenciales del 2017

El expresidente francés Nicolas Sarkozy, este viernes, llegando a un hotel de París.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy, este viernes, llegando a un hotel de París. / TC AMB**LON** JF**LON**

EVA CANTÓN / PARÍS

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Tras semanas haciéndose de rogar, Nicolas Sarkozy anunció este viernes que será candidato a la presidencia de su partido, la Unión por un Movimiento Popuar (UMP). El expresidente francés oficializó lo que era un secreto de polichinela en una tribuna dirigida a los franceses publicada en su cuenta de Facebook.

En ella justifica el paso dado por el deterioro del clima político y la situación de "angustia" que viven los franceses. Además, se propone transformar el partido "de cabo a rabo" para crear una fuerza política integradora que se dirija a todos los franceses sin ninguna intención partidista y superando las divisiones ideológicas.

La vuelta de Sarkozy a la arena política y sus planes de refundación de la formación conservadora, sumida en una larga crisis política y financiera, supone, en cierto modo, el pistoletazo de salida hacia las presidenciales de 2017 y obligará al resto de los partidos franceses a situarse también en esta clave.

De hecho, su intención es hacerse con las riendas del partido en el Congreso que tendrá lugar el próximo 29 de noviembre y usar la presidencia de la UMP como plataforma para lanzarse a la carrera hacia el Elíseo. Será un maratón largo y lleno de obstáculos. 

El primero de ellos, poner orden en su formación política. Desde junio del 2014 está regido por un triunvirato de exprimeros ministros –Alain JuppéFrançois Fillon y Jean Pierre Raffarin-- que tomó el relevo tras la dimisión de su anterior presidente, Jean François Copé, implicado en el escándalo de las facturas falsas del llamado 'caso Bygmalion'. 

A ello se suma una situación financiera desastrosa provocada por una deuda de casi 80 millones de euros y una división interna que puede hacer del Congreso de noviembre un duelo en toda regla.  

El otro frente de batalla, no menor, es el judicial. Sarkozy está implicado en varios procesos vinculados a la financiación irregular de sus campañas electorales.