VIOLENCIA MACHISTA EN EGIPTO

Al rescate de las mujeres

Grupos mixtos de voluntarios recorren la plaza Tahrir de El Cairo durante las protestas para tratar de impedir las agresiones sexuales o rescatar a las víctimas

Indignada 8Una mujer levanta un cuchillo en señal de desafío en una manifestación contra la violencia sexual, ayer, en El Cairo.

Indignada 8Una mujer levanta un cuchillo en señal de desafío en una manifestación contra la violencia sexual, ayer, en El Cairo.

ANA ALBA
JERUSALÉN

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Unos voluntarios -mujeres y hombres- con camisetas blancas donde se lee en letras árabes sobre fondo rojo 'Antiacoso sexual' recorren la plaza de Tahrir. Reparten información sobre su cometido: evitar las agresiones sexuales a mujeres durante las protestas en el centro de El Cairo y atender a las que hayan sido víctimas de ataques.

Los voluntarios pertenecen al grupo Operación Anti-Acoso/Asalto Sexual (OpAntiSH, en sus siglas en inglés), creado en noviembre del 2012 ante el incremento de las violaciones y otras agresiones sexuales en las protestas. El pasado 25 de enero, en Tahrir, varias mujeres sufrieron agresiones muy violentas -en algunos casos les hicieron cortes en los genitales- en las manifestaciones contra el presidente egipcio, Mohamed Mursi, y el Gobierno islamista, con motivo del segundo aniversario de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak. También voluntarios de OpAntiSH fueron asaltados.

«Los ataques contra mujeres en protestas están planificados, sobrepasan el acoso sexual al que lamentablemente estamos acostumbrados en la sociedad egipcia», explicó al diario egipcio Al Ahram la activista de OpAntiSH Engy Ghozlan.

«Lo que sucede en Tahrir es un tema político, pretenden excluir a las mujeres de los espacios públicos e intentan persuadirlas de que si van a manifestaciones corren el riesgo de que las violen. Pero la mayoría de mujeres dicen que no se piensan quedar en casa y van a seguir yendo a las protestas», subrayó Ghozlan.

Los voluntarios recibieron avisos sobre 19 agresiones y consiguieron rescatar a 15 mujeres. Las víctimas fueron acompañadas a sus casas o al hospital y se les ofreció atención psicológica. Muchas de las mujeres que pasan por este trauma sufren la crítica de la sociedad, que a menudo las culpabiliza a ellas de los ataques, en lugar de los agresores.

Otros grupos similares, como Tahrir Bodyguard (Guardaespaldas de Tahrir) también patrullan la plaza, en este caso vestidos con chalecos reflectantes y cascos. Este escuadrón de voluntarios fue fundado hace tres meses por Soraya Bahgat, que se quedó horrorizada al ver por televisión las imágenes de una turba de hombres atacando a una mujer, quitándole la ropa y arrastrándola. «No podía imaginarme algo tan horrible que pretende impedir que las mujeres ejerzan su derecho a manifestarse», dijo Bahgat.

Decepción

OpAntiSH está «muy decepcionado» con los grupos revolucionarios, según señala en su página de Facebook, ya que ninguno se preocupa de solucionar el grave problema de los asaltos sexuales. «La calle nos pertenece a las mujeres, igual que a todo el mundo, también somos de Egipto y no pensamos callarnos, seguiremos luchando contra las agresiones sexuales. En Egipto, no hay revolución sin la participación de las mujeres», sentenció Ghozlan.

Centenares de personas, la mayoría mujeres, se manifestaron en El Cairo antes de ayer para protestar contra la violencia sexual y exigir a Mursi que actúe. Amnistía Internacional instó ayer a Mursi a dar «pasos drásticos para acabar con la cultura de la impunidad y la discriminación de género» y advirtió que si ahora no se castiga a los culpables de agresiones sexuales contra mujeres, este tipo de violencia aumentará.